𝗝𝗨𝗠𝗣 𝗧𝗛𝗘𝗡 𝗙𝗔𝗟𝗟， ㅤSATORU GOJO.

ㅤO3 ㅤ after work.

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"ㅤ  I think he knowsㅤ "
by taylor swift

El lado derecho de la cama estaba vacío, la ausencia de Satoru recién ahora la hacia abrir los ojos, esta mañana se ha ido más temprano de lo normal. Sentándose sobre el colchón estiro los brazos, soltando un ruidoso bostezo antes de frotarse los ojos sintiendo su boca seca.

08:25 a.m. no quería repetir la rutina, esta vez deseaba dormir todo el día aunque su novio no este, sin embargo, con pesar arrastro los pies por el suelo hasta llegar a la sala de estar. Paso todo por alto, no había nada fuera de lo normal, salvo por un detalle específico; un ramo de tulipanes rosados estaba sobre la mesa, junto a una pequeña caja de chocolates. Con una sonrisa inevitable se acerco a ver el ramo, parecía fresco, lo más seguro es que lo haya comprado esa misma mañana.

—Lo adoro —hablo al aire, tomándose un instante para oler las flores antes de que un papel caiga al suelo. Era una pequeña cartita.

No sabe qué habrá hecho en sus vidas pasadas para estar recibiendo tantos buenos tratos por parte del hombre que ama, pero esta realmente agradecida con sus antepasados por dejarle vivir esta bella situación. En el papelito estaba escrito el habitual buenos días cargado de la melosidad que solo ella conoce, con el agregado de que esta vez iría a buscarla al trabajo cuando su turno termine.
La sonrisa de Sachi parecía apagarse al leer eso último, relamiéndose los labios mientras debatía en mandarle un mensaje a su novio para que cancele ese plan, ¿buscarla luego del trabajo? Era una mala idea.

—Este color es horrible. ¿No tienes otras opciones? —con molestia, la nueva modelo cerró la carpeta de muestras de vestuario para ver a la jefa de asesoramiento de imagen y a su lado Sachi, siendo la asistente—. Se supone que estamos en otoño, la elección de ropa es deplorable.

Fingiendo su mejor sonrisa, aunque algo torcida, Sachi agarró la carpeta de muestras para sostenerla con firmeza. Las modelos primerizas suelen ser groseras y soberbias, pensando que tienen la ultima palabra cuando se trata de sesiones fotográficas o pasarelas, cuando claramente no es así; la señora Liliana, jefa de asesoramiento de imagen, no oculto su descontento mientras cruzaba los brazos. Esta charla daría para largo.

—¡Kitsune-chan! —canturreo su superior, entregándole el nuevo archivo de vestimenta—. Quiero que mañana te presentes en el almacén para elegir junto a Aizawa las telas para estos diseños.

—Oh, claro. Mañana me encargare de eso, señorita —respondió haciendo una corta reverencia en respeto antes de guardar el archivo en su bolso.

Liliana se toco el mentón con curiosidad, analizando las prendas de su asistente, su postura y expresiones; estaba más arreglada de lo normas con un semblante preocupado. Algo no encajaban en la imagen.

—¿Tienes una cita? —poniendo las manos sobre su cintura, sonrió cuando la rubia levantó la vista algo alarmada—. Lo sabía. Kitsune-chan, nos conocemos hace casi tres años, piensa en mi como tu amiga.