𝗝𝗨𝗠𝗣 𝗧𝗛𝗘𝗡 𝗙𝗔𝗟𝗟， ㅤSATORU GOJO.

ㅤ19 ㅤ love letter.

ㅤㅤㅤ
ㅤ

ㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤCreo que debí haberme dado cuenta cuando mis dedos rozaron tu cabello con delicadeza y curiosidad, queriendo ver lo angelical que lucía tu rostro mientras descansabas en mis brazos bajo la luz de la luna. Si aquella vez no llegaba a tiempo para rescatarte, ¿qué sería de mi hoy en día?

Quise usar todo este inútil poder para cerrar cada herida física, pero había tanto de ti que deseaba sanar. Incluso sin conocerte lo suficiente quería recoger cada pieza de tu corazón y unirlos en uno solo para que latieran al verme.

Sachi, ¿también me notaste luego de esa noche?

Cuando el brillo de tus ojos celestes se apagaba al verlo, mi pecho se hundía y podía sentir la ira cosquillear en mis manos, hacía lo posible por retener ese mal carácter que tengo cada vez que alguien te hace daño. El mismo que solo tú sabes calmar con un abrazo.

El primer sabor que mis labios nunca pudieron olvidar es el de tu café y al enterarme que también preparabas algunos dulces en la carretería Kurotori, te juro, casi compro todos y cada uno de ellos para ser el único que probará tus delicias.
La segunda vez que nos vimos, no pude evitar retenerte hasta por el más mínimo detalle, escondiendo las servilletas de la mesa en mi bolsillo para llamar tu atención, pidiendo numerosas tazas de café o postres hasta que te preocuparas por mi salud. Sí, lo sé, comía demasiado en aquel entonces.

Y entonces sucedió. Decidiste cortar lazos con quienes te hacen daño y comenzar desde cero, pero en silencio ansiaba ser parte de tu vida. Tuve una oportunidad excelente esa vez, ¿verdad?

—Hace bastante frío —mire hacia el costado izquierdo mientras ella alzaba la cabeza en mi dirección. Esa simple acción la hizo lucir tan tierna—. Y... ¿Trabajas hace mucho aquí?

Cuando me sonreíste supe que entendiste mis intentos de empezar una conversación, fuiste demasiado amable y educada, tratando de seguirme la corriente de manera cordial, riendo por mis ocurrencias. Esa fue la primera vez que escuche tu risa y entonces entendí, que comenzabas a gustarme.

Cada día te conocía un poco más y, aunque parecía no prestar gran atención a las cosas que hacías, con solo verte logre recordar cada detalle. Desde la forma en que te gusta arreglarte el cabello hasta como muerdes tu labio inferior estando concentrada o pensando. Estuve tan tentado a besarte, pero no quise ser un idiota y asustarte.

Porque sin que seamos nada, me sentía completamente tuyo.

—¿Qué tanto miras? Me pones nerviosa.

Ni yo mismo tenía palabras para describir mi mirada. Según Suguru, cada vez que estabas frente a mí, el aura que me rodeaba cambiaba rotundamente y... Me volvía más molesto, eso no puedo negarlo. Estaba emocionado por verte, porque entre tu trabajo, estudios y crecimiento personal, te hacías un tiempo para contentarme con tu presencia.