- ¿¡Qué diablos crees que haces?! - grité intentando levantar mi cabeza en medio de la posición tan incómoda que me encontraba, pero nada resultaba.
Me tenía cargada en su hombro y mi manos innevitablemente chocaban contra su espalda y si quisiera llegando casi a la extensión de su trasero.
- Tsumu-Tsumu.
- No me digas así - me regañó dandome un pequeño palmazo en una de mis nalgas.
- ¡ATSUMU MIYA! - grité escandalizada.
Intenté mirar a mi alrededor para corroborar que nadie lo viera haciendo eso.
No conocía la decencia.
- ¿Se te ha ido un poco el alcohol, borracha?.
Escuché el sonido de la puerta de su vehículo abriéndose y, a continuación, sentí como me dejaba en el asiento del copiloto de manera brusca. Me quejé mientras lo veía acomodar el cinturon de seguridad a mi alrededor.
¡Era un completo metiche!. ¿Por qué había tenido que dejar a mis nuevos amigos adentro? Si todo estaba saliendo de maravilla.
- Eres un pesado.
Levantó una ceja en mi dirección y soltó una risa sin una gota de humor.
- Deberíamos agradecerme que te daré un cómodo viaje. Además ¿Has visto la hora que es?.
Molesta me encogí de hombros.
- No es tan... tar-tarde - dije ignorando su postura engreída que se recargaba en el marco de la puerta del auto con una sonrisa ladeada que solo buscaba irritarme.
- Son las dos de la mañana señorita, creo que ya es más que tarde. Sobre todo para andar con tipos tan impredecibles como tu fotógrafo. - se quejó poniéndose serio de pronto.
Estúpido bipolar.
- ¿Quién? ¿Ki-Kichiro? Él no es nada peligroso. - defendí a mi amigo de sus acusaciones.
Hace algunas horas Kichiro era solo un compañero de trabajo, pero ahora la cerveza nos había unido.
- Él es muuuy amable ¿verdad?.
- Si - afirmé honestamente.
Lo observé rodar los ojos.
Tuve la tentación de querer preguntar por su actitud tan condecendiente con mi nuevo amigo, pero de repente el cansancio estaba pasándome factura.
Todas las extremedidades se sentían tan pesadas y el asiento del vehículo se sentía tan reconfortante, un espacio perfecto para echarme una siesta.
¿Había dicho que eran las dos de la mañana? Yo juraba que apenas era la media noche.
Dejé salir un bostezo y me acurruqué en el asiento del copiloto.
- Será mejor que te lleve a casa, aunque Akane ya debe estar dormida ¿no? - asentí.
Mi hermana llegaba muy cansada entre semana, incluso los días Viernes. Algunos días debía amanecerse por trabajos de la universidad, lo que significaba que en el último día antes del findesemana se quedaba completamente dormida al llegar a casa.
- ¿Puedes darme un abrazo? - pregunté antes de que cerrará la puerta.
Se detuvo al escucharme. Me observó incrédulo.
- ¿Q-qué?. - preguntó confudido y eliminando la expresión irritable y enojada que antes portaba.
¿Acaso las puntas de sus orejas estaban comenzando a enrojecerse?.
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Home «Atsumu Miya»
FanfictionHaru Ozawa es la periodista encargada de la sección futbolista de la revista Life Sports de Japón. Cuando su jefe le pide que se encargue de ser la escritora principal de la nota deportiva que tendrá como protagonista a Hinata Shoyo, la joven promes...