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- ¿Por el principio? - sonrió Iciar, animándola-.

- Estaba tan guapa, tía. En serio, cuando la vi me dio un vuelco al corazón, no sé si más del pánico o de que casi me caigo de culo de lo impresionante que iba, te lo juro. Sigue siendo la persona más guapa de Tailandia.

- Madre mía - se llevó Ici las manos a la cara ante la exagerada afirmación de la pelinegra-.

Menna relató en un discurso por momentos surrealista, angustioso y bastante melancólico, la velada con Aoom. Iciar escuchaba atenta, haciéndole ver en todo momento su apoyo y prestando su hombro, un apretón de mano, o lo que hiciera falta, en las partes del relato que más habían afectado a la pelinegra.

- Me dijo que para ella ya era demasiado tarde.

- ¿Y tú que le dijiste?

- Nada.

- ¿Cómo que nada?

- Pues nada, lo acepté. ¿Qué querías que le dijera? Está en su derecho de no querer retomar nada conmigo. La entiendo.

- Ya, pero si ni siquiera le cuestionas la decisión, pensará que a ti ya te va bien así.

- Bueno, es que en parte sí. ¿Tú has visto su vida y has visto la mía? ¿Me explicas que puede ofrecerle una abogada amargada a una artista libre y feliz a quién le rompió el corazón?

- Pues tu verdadero yo. Y no solo a ella, estaría bien que pudieras ofrecernos a todos a la Menna que vive dormida dentro de ti. Déjala salir, amiga. No por Alba ni por nadie, por ti.

- La verdad es que he estado pensando en eso - confesó la pelinegra, causando una enorme sonrisa en su amiga-.

- ¿De verdad? ¿En qué sentido?

- En el de perdonarme a mí misma. Quiero dejar de pensar que no me merezco las cosas, dejar de castigarme y luego lamentarme como si la culpable de todo esto no fuera yo misma y las limitaciones que me pongo. Aoom me perdona ¿no? Entonces, yo ya no tengo excusa para no hacerlo también.

- No sabes cuánto tiempo llevo deseando escuchar esto, Menna - susurró Ici, acariciando la mano de Natalia con cariño-.

- Necesito un cambio, libertad, aire fresco, no sé. ¿Alguna idea?

- Manda a la mierda el bufete, por favor.

- Bueno, no te vengas tan arriba tampoco. Tengo una hija a la que alimentar y pagarle la universidad o lo que quiera. No puedo permitírmelo.

- Vale. ¿Y colaborar con Maik y Álvaro en alguno de sus proyectos? Eso es artístico, te gusta y puede ser un principio de algo. Componer música para sus cortos, pedirles algún contacto... No sé, empezar a moverte en ese mundillo.

- Hablaré con él. Igual no para trabajar directamente juntos porque no sé cómo puede salir pero... ¡Ay, Ici! No sé ni a dónde quiero llegar con esto, pero me muero de ilusión solo con la idea de probar - dijo Menna con un puchero adorable-.

- ¡Y yo por ti, Menna! Ya que estamos lanzadas, podrías plantearte también enseñarle al mundo tus canciones ¿no? Hay mil bares en Tailandia para gente con talento como tú.

- Bueno, eso ya veremos - la frenó Menna-.

- Vale, tú a tu ritmo. Sin agobios - suavizó Ici, pero vio cómo Menna se había quedado en su mundo y no con buena cara precisamente-. ¿Qué pasa?

- ¿Crees que se me está yendo la olla? ¿Que no tengo edad para estas cosas? Dime la verdad.

- Ay, Menna. Claro que no. Es lo más sensato que has dicho en los últimos veinte años. No hay edad para perseguir tus sueños. Madre mía, hoy parezco Mr Wonderful - rio Ici-.

- ¿Sabes? Creo que no me vendría mal un poquito de ayuda profesional en todo esto. Sé que voy a ser mi peor enemiga en cada paso que me atreva a dar, así que voy a mirar algún psicólogo.

- Me parece genial. Estoy muy orgullosa, Menna, en serio.

- Bueno, todavía no he hecho nada. Quién te dice que no es este vino peleón el que me hace valiente aquí y ahora...

- Esto es un punto de inflexión, estoy segura. ¡Dios! Quiero ponerles un altar a Aoom y a tu hija, que me han devuelto a mi Menna - la abrazó con cariño-.

- Exagerada.

- Le tienes que contar todo esto a Oli, ¿eh? La vas a hacer la cría más feliz del mundo.

- Le he echado la bronca de su vida por meterse y causar todo esto, Ici. ¿No crees que es un poco contradictorio?

- Lo hizo con buena intención. Solo quiere que seas feliz.

- Lo sé. A ver cómo hago para darle las gracias sin que se le suba a la cabeza y se piense que hizo bien...

- Oye, ¿y en serio que no vas a hacer nada con Aoom? ¿Después de todo lo que vivisteis, de todos estos años sin olvidarla? ¿Ya está?

- De momento, no quiero hacer nada. Voy a hacerle caso y respetar su decisión. Si más adelante me siento más preparada o más valiente o lo que sea, ya veremos. En todo caso, si algo tengo claro es que la Menna de ahora no es la que me gustaría ofrecerle.

MAI | MEENBABEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora