35

377 36 3
                                    

- Te dije que me habían gustado mucho las canciones. Y quiero quitarme la espinita de oscuridad que estaba presente siempre al pintarte. Te prometo que estas obras no son tan dramáticas...


Meena todavía no sabía reaccionar. Se dedicaba a observar a la castañamientras le contaba algunos detalles más de sus nuevas creaciones, hasta que no pudo contener la necesidad imperiosa de besarla.



Prácticamente interrumpiendo el discurso de sonrisa perfecta y ojos brillantes de Aoom , Meena  se acercó lo suficiente como para rodear con sus manos su cintura y hacer que sus narices chocaran.


- Gracias por esto, Aoom. Por mirarme así.


Tras esas palabras susurradas, esa vez fue la pelinegra la que atrapó los labios de la castaña con pasión.


Aoom, que no se lo esperaba, reaccionó rápidamente al beso, rindiéndose al momento.


El reencuentro de sus lenguas pareció jugar con el tiempo, volviendo al pasado, pero también congelándolo hasta que no tuvieron más remedio que separarse.


- No he podido evitarlo - justificó Meena , una media sonrisa de Aoom perdonó sus culpas-.


- Deberíamos... deberíamos comer algo ¿no? - propuso la artista, alejándose del peligro-.


Así lo hicieron, ambas disfrutaron de un entretenido almuerzo en un restaurante cercano, hasta que llegó la hora en que Meena debía volver a sus obligaciones.


- ¿Cuándo nos volvemos a ver? - preguntó esta vez Aoom , sorprendiendo gratamente a la pelinegra-.


- Me encanta que me hagas esa pregunta - aprovechó Meena para acomodar el pelo de la más bajita con gracia-.


- ¿Te parece si cenamos en mi casa el jueves, sobre las nueve o así?


- Me parece perfecto. ¿Vas a cocinar? - preguntó haciendo una mueca de desconfianza-.


- Claro que sí. No dudes de mis habilidades - amenazó la castaña con el dedo índice en alto-.


- Nunca me atrevería - rió la otra, poniendo su mejor cara de inocente-.


La pelinegra acompañó a Aoom hasta la puerta de la galería y se despidieron con un abrazo y un piquito torpe.


Meena se dirigía hacia su moto cuando la voz de la castaña le hizo imposible no girarse.


- ¡Julia! ¿Qué haces aquí? - fue todo lo que llegó a escuchar la pelinegra , antes de que la puerta de cristal se cerrara-.


La pelinegra no pudo evitar quedarse a observar la escena, contemplando así como la morenase abalanzaba sobre Aoom para rodearla tal como lo acababa de hacer ella y besarla demasiado cerca de su boca, casi en el punto exacto donde habían reposado sus labios hacía un instante.

MAI | MEENBABEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora