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Chuuya levantó la mirada y se encontró con el rostro que menos quería ver en ese momento. Fyodor estaba ahí, plantado en su camino con una sonrisa burlona que parecía disfrutar del malestar que reflejaba en los ojos de Chuuya. Sintiendo una irritación creciente, Chuuya decidió enfrentar la situación.

– ¿Qué quieres? — preguntó Chuuya con un tono de voz cortante, sus ojos destellando con un destello de desdén.

Fyodor, lejos de mostrar cualquier señal de intimidación, respondió con una sonrisa desafiante. — Vaya, qué carácter — comentó con sarcasmo. — Solo quería preguntarte si vas a la sala de reunión.

Chuuya rodó los ojos con exasperación. — Sí, lo haré —respondió bruscamente, su tono lleno de impaciencia. — Así que vete a molestar a otro lado.

La sonrisa de Fyodor se ensanchó ante la reacción de Chuuya, como si disfrutara del juego de provocación. Sin embargo, en lugar de alejarse como se esperaba, Fyodor dio un paso más cerca, lo que irritó aún más a Chuuya, quien se apartó con un gesto de disgusto evidente.

Antes de que Chuuya pudiera reaccionar, Fyodor le lanzó una advertencia inesperada. — Te advierto que mantengas distancia de MI esposo — dijo en un tono serio, su expresión momentáneamente desprovista de su habitual aire burlón.

La amenaza de Fyodor tomó por sorpresa a Chuuya, quien se separó de él bruscamente, luchando por mantener la calma y no perder los estribos frente a la insolencia del otro. —  Me importa una mierda tu estupida amenaza. — respondió Chuuya con la ira incrementando cada vez más.

Con pasos apresurados, Chuuya se alejó de Fyodor, sintiendo la necesidad de poner distancia entre ellos antes de que la situación se tornara aún más tensa. Fyodor, por su parte, observó con una sonrisa satisfecha mientras Chuuya se alejaba, murmurando para sí mismo con diversión — Vaya, esto será divertido.

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Chuuya llegó a la sala de reuniones con el rostro enrojecido por la furia contenida. A pesar de no conocer a Fyodor personalmente, lo odiaba con cada fibra de su ser. Trató de calmarse mientras saludaba a los presentes, aunque su mirada fulminante dejaba en claro que estaba al borde de estallar. Dio una mirada rápida a Dazai, quien estaba concentrado en revisar algunas hojas, antes de situarse al lado de Kouyou.

Kouyou notó de inmediato la tensión en el aire y le preguntó en voz baja a Chuuya si estaba bien. Chuuya asintió con gesto sombrío, su mandíbula tensa mientras luchaba por mantener el control sobre sus emociones tumultuosas.

Después de unos minutos de espera, Fyodor finalmente hizo su entrada en la sala de reuniones, disculpándose por su tardanza con una sonrisa burlona. — Tuve un pequeño problema en el camino — comentó con un brillo travieso en sus ojos, dirigiendo su mirada directamente hacia Chuuya.

La mención de Fyodor hizo que la sangre de Chuuya hirviera aún más, pero se obligó a contenerse, recordándose a sí mismo que no podía permitirse perder los estribos en medio de la reunión. Hizo un gran esfuerzo para mantener su expresión impasible, pero sus puños estaban apretados con tanta fuerza que sus nudillos se volvieron blancos.

La reunión continuó, aunque la presencia de Fyodor añadió una capa adicional de tensión al ambiente. En momentos, Chuuya notó cómo Fyodor se acercaba a Dazai, tocándolo o murmurando algo en su oído con una clara intención de fastidiarlo más a él. Sin embargo, para frustración de Chuuya, Dazai parecía tomarlo todo con calma, sin darle importancia a los intentos de provocación de Fyodor.

Chuuya apretó los dientes con rabia contenida, sintiendo cómo la ira bullía dentro de él. Quería levantarse y confrontar a Fyodor, y tal vez darle un buen golpe por su actitud arrogante. Pero sabía que eso solo empeoraría las cosas y lo haría parecer poco profesional frente a los demás.

En lugar de eso, respiró profundamente, tratando de mantener la calma mientras la reunión continuaba. Mantuvo su enfoque en los temas discutidos, tratando de ignorar las provocaciones de Fyodor tanto como le fuera posible. Sabía que no podía permitir que la presencia de Fyodor lo sacara de su juego, especialmente cuando había asuntos importantes que tratar.

Al concluir la reunión, el ambiente en la sala de juntas se había tornado pesado y tenso, como si una nube de irritación y frustración hubiera descendido sobre todos los presentes. Chuuya, con la mandíbula apretada y el ceño fruncido, salió rápidamente de la sala sin dirigir una mirada a nadie, dejando atrás los llamados de Kouyou que intentaba detenerlo. Ignorando todo a su alrededor, Chuuya se dirigió directamente a su oficina, cerrando la puerta tras de sí con un golpe.

Una vez dentro, se dejó caer pesadamente en su silla, sintiendo el peso de la tensión acumulada en sus hombros. Las palabras de Fyodor resonaban en su mente, alimentando la ira que había estado acumulando desde temprano. No podía soportar la presencia de Fyodor, y la sola idea de tener que enfrentarse a él lo llenaba de frustración y rabia.

Mientras intentaba contener su furia, Chuuya notó un suave golpeteo en la puerta de su oficina. Con un suspiro, se preparó para enfrentar lo que fuera que viniera, sabiendo que sería Kouyou quien estaba del otro lado. — Adelante — dijo con voz ronca.

La puerta se abrió lentamente y Kouyou entró en la habitación, su rostro mostrando preocupación por Chuuya.  — ¿Estás bien? — preguntó con voz suave, cerrando la puerta detrás de ella.

Chuuya no respondió de inmediato, sintiéndose incapaz de articular las emociones que lo abrumaban. Se limitó a asentir con la cabeza, indicando que estaba al menos lo suficientemente bien como para hablar.

Kouyou se acercó lentamente al escritorio de Chuuya, tomando asiento frente a él. — ¿Por que saliste de esa manera? — preguntó con delicadeza, esperando que Chuuya pudiera desahogarse y compartir lo que lo estaba perturbando.

Chuuya levantó la mirada hacia Kouyou, encontrando consuelo en la comprensión de su colega. 

– No soporto la presencia al anemico ese — admitió con franqueza, dejando escapar un suspiro pesado.

Kouyou suspiró, sintiendo la frustración de Chuuya pero decidida a ayudarlo a superarla. — Entiendo que estés enojado, pero no puedes dejar que esa ira te consuma — dijo con suavidad.

–  Intentaré — murmuró finalmente Chuuya, 

Kouyou le sonrió — Si necesitas hablar más, estaré aquí para ti.

Chuuya asintió en agradecimiento, sintiéndose reconfortado por la presencia y el apoyo de Kouyou. 

 

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I REGRET (SOUKOKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora