Dejar que el orgullo domine nuestro corazón y nos impida aceptar nuestros sentimientos por alguien, puede llevarnos a lastimar a esa persona. Y cuando finalmente intentamos remediarlo, a menudo es demasiado tarde para enmendar el daño causado.
Esto...
La atmósfera en el bar cambió de repente cuando Dazai, incapaz de contenerse, elogió la sonrisa de Chuuya. El rubor se extendió por las mejillas de Chuuya mientras él respondía con una protesta poco convincente — ¡Cállate, idiota!
Sin embargo, antes de que Chuuya pudiera reaccionar, Dazai se inclinó hacia adelante y lo besó. Al principio, Chuuya intentó separarse, sorprendido por la audacia de Dazai, pero pronto se dejó llevar por el momento. Sus labios se encontraron en un beso apasionado, y Chuuya se sintió envuelto por la calidez y la intensidad del gesto.
Dazai, sintiendo la respuesta de Chuuya, rodeó su cintura con un brazo mientras profundizaba el beso. Chuuya, enredando sus brazos alrededor del cuello de Dazai, se dejó llevar por la corriente de emociones que los envolvía.
Después de un momento que pareció durar una eternidad, finalmente se separaron, con el aliento entrecortado y los corazones latiendo con fuerza. Se miraron el uno al otro, con una mezcla de sorpresa y deseo en sus ojos.
– ¿Qué... qué acabamos de hacer? — murmuró Chuuya, su voz apenas un susurro en la atmósfera cargada de emoción.
Dazai sonrió, con una chispa traviesa en sus ojos. — Creo que acabo de besarte — respondió, su tono cargado de diversión.
Chuuya rodó los ojos — Eso es obvio, idiota — dijo, aunque su voz estaba teñida de afecto.
Después de un breve momento de silencio, Chuuya habló de nuevo. — ¿Por qué no vamos a mi departamento? — propuso, mirando a Dazai con una mezcla de nerviosismo y anticipación.
Dazai asintió, aceptando la invitación de Chuuya con una sonrisa. — Estoy de acuerdo — dijo, poniéndose de pie y ofreciendo una mano a Chuuya para ayudarlo a levantarse.
Una vez en el departamento de Chuuya, los dos hombres se encontraron nuevamente en un abrazo apasionado. Se besaron con fervor, entregándose el uno al otro en un torbellino de emociones y deseo.
Las manos de Dazai acariciaban suavemente la piel de Chuuya mientras se desvestían mutuamente, cada contacto enviando corrientes eléctricas de placer a través de sus cuerpos. Se perdieron en el éxtasis del momento, entregándose completamente el uno al otro en un acto de pura pasión.
El deseo que habían estado reprimiendo finalmente se desató por completo, y terminaron despojándose de sus ropas con impaciencia, ansiosos por estar más cerca el uno del otro.
Dazai susurrando entre besos le dijo que lo deseaba tanto.
Chuuya respondió con igual fervor, sus labios encontrando los de Dazai en un frenesí de pasión desenfrenada. Se dejaron llevar por el éxtasis del momento, entregándose completamente el uno al otro.
Los sonidos de su amor llenaban la habitación mientras se perdían en la pasión del momento, y por un instante, todo lo demás desapareció, dejándolos a ellos dos solos en su propio mundo de placer y deseo.
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