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La pelea estalló en un frenesí caótico mientras Chuuya y Dazai se enfrentaban a Katsua,  Chuuya esquivaba cada ataque entrante, su agilidad y destreza en plena exhibición. Utilizando su poder de manipulación de la gravedad, detenía cada embestida y contraatacaba con ferocidad, lanzando escombros y objetos cercanos hacia sus enemigos con precisión letal.

Mientras tanto, Dazai se acercaba sigilosamente hacia Katsua, buscando una oportunidad para neutralizar su peligrosa habilidad. Concentrado en su objetivo, no notó el peligro que se cernía sobre él hasta que fue demasiado tarde. Una bala atravesó su hombro, haciéndolo gritar de dolor mientras caía al suelo, sorprendido por la súbita emboscada.

Chuuya, al escuchar el grito de Dazai, se giró rápidamente para enfrentarse a la nueva amenaza. Vio a uno de los hombres caídos levantarse y apuntar hacia Dazai, preparado para asestar el golpe final. Sin pensarlo dos veces, Chuuya actuó con rapidez, utilizando su poder para enviar que pudiera disparar nuevamente.

Dazai, aún recuperándose del impacto, luchaba por mantenerse consciente mientras la agonía se extendía por su cuerpo y antes de que pudiera reaccionar, Kazua se volvió hacia Dazai, listo para atacarlo. Sin embargo, Dazai demostró una vez más su astucia al anular la habilidad del enemigo con un movimiento rápido y certero. Gritó a Chuuya que aprovechara la oportunidad, su voz llena de urgencia.

Chuuya entendió el mensaje de inmediato y actuó. Con un gesto rápido, utilizó su poder para aumentar la fuerza de la gravedad a su alrededor, haciendo que Kazua se estrellara contra el suelo con un impacto ensordecedor.

El suelo tembló bajo la fuerza del golpe, y una nube de polvo se elevó en el aire, Chuuya se acercó rápidamente a Dazai, preocupado por la gravedad de su herida. Sin embargo, antes de que pudiera examinarla, Dazai le instó a que persiguiera al líder antes de que pudiera escapar y desaparecer entre las sombras. La indecisión se apoderó de Chuuya mientras luchaba entre su deber de capturar al líder y su preocupación por la seguridad del peli castaño.

– Dazai, ¿estás seguro de que puedes manejar esto solo? — preguntó Chuuya, su voz llena de preocupación.

Dazai asintió, aunque una sombra de dolor cruzó su rostro. — No te preocupes por mí, Chuuya. Mata al líder antes de que sea demasiado tarde.

Con un nudo en la garganta, Chuuya asintió y se separó de Dazai, prometiéndole que no tardaría. Se elevó en el cielo, buscando con desesperación al líder que amenazaba con escapar. No pasó mucho tiempo antes de que lo localizara, no muy lejos de la fábrica donde se había desatado la batalla.

El líder intentó huir al ver a Chuuya acercarse, pero el pelirrojo no estaba dispuesto a permitir que escapara. Se abalanzó sobre él, enfrentándolo con todo su poder y habilidad. En un rápido y certero movimiento, acabó con la vida del enemigo, asegurando así la victoria de la Port Mafia.

Con el líder derrotado, Chuuya se apresuró de regreso al lugar donde había dejado a Dazai, temiendo lo peor. Cuando llegó, encontró a Dazai apoyado débilmente contra una pared, su rostro pálido y su respiración agitada. Chuuya se acercó rápidamente, sintiendo un nudo en el estómago al ver el estado de su amado.

– Dazai, ¿estás bien? — preguntó con voz temblorosa, su preocupación palpable en cada palabra.

Dazai intentó sonreír, aunque estaba claro que estaba luchando contra el dolor. — Una simple bala no podrá acabar conmigo — murmuró con un tono de ironía, antes de desplomarse, inconsciente, en los brazos de Chuuya.

El pelirrojo gritó el nombre de Dazai repetidas veces, pero no hubo respuesta. Una sensación de pánico lo invadió mientras sostenía lo sostenia en brazos, temiendo lo peor. Con cuidado para no agravar la herida, lo llevó al auto y ordenó al chofer que los llevara rápidamente a la sede de la mafia.

I REGRET (SOUKOKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora