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Fyodor avanzó por los pasillos de la sede de la mafia, ignorando las provocaciones de Nikolai que trataba de llamar su atención de todas las formas posibles. Entró en la oficina de Dazai y, al no encontrarlo allí, se acercó a uno de los subalternos que pasaba por el lugar.

– ¿Dónde está Dazai-kun? — preguntó Fyodor, mientras escrutaba al hombre en busca de respuestas.

El subalterno parecía nervioso y tartamudeó al responder. — E-está en la enfermería. Recibió un disparo — dijo con voz temblorosa.

Sus palabras dejaron consternado a Fyodor. ¿Un disparo? La preocupación se transformó en furia mientras intentaba procesar la información.

– ¿Qué fue lo que paso?

El pobre hombre temiendo por su vida le conto a Fyodor lo que habia pasado y debido a que Chuuya lo trajo rápidamente Dazai estaba fuera de peligro.

– Y ¿Por qué no me avisaron? — gritó Fyodor, su voz resonando en la habitación.

El subalterno se encogió de hombros, evidentemente intimidado por la reacción de Fyodor. — L-lo intentamos varias veces y hasta le enviamos mensajes — explicó, tratando de justificarse.

Fyodor sacó su celular y se dio cuenta de que estaba apagado. Miró a su alrededor y vio a Nikolai, quien fingía inocencia. La ira hervía dentro de él. ¿Cuándo había logrado Nikolai quitarle el celular?

Con la mandíbula tensa y los puños apretados, Fyodor se dirigió hacia Nikolai . — Hablaremos de esto más tarde — dijo con voz gélida, antes de salir rápidamente de la oficina en dirección a la enfermería.

Fyodor abrió la puerta de la enfermería con rapidez, preocupado por el estado de Dazai, pero se detuvo en seco al ver a Chuuya ya en el interior de la habitación. La sorpresa y la irritación se reflejaron en su rostro cuando se volvió hacia Chuuya.

– ¿Qué estás haciendo aquí? — preguntó Fyodor con seriedad, sus ojos clavados en Chuuya.

Chuuya rodó los ojos exasperado por la pregunta. —  ¿No es obvio? Estoy aquí por Dazai — respondió con un tono de voz sarcástico.

La tensión en la habitación se palpaba mientras Fyodor fruncía el ceño ante la respuesta de Chuuya. — Deberías irte — dijo con firmeza. — No necesitamos que te quedes aquí.

Chuuya sonrió con molestia ante la orden de Fyodor. — No tengo la intención de irme — declaró con determinación.

La confrontación entre Fydor y Chuuya amenazaba con estallar en cualquier momento, pero antes de que pudieran decir algo más, una voz suave los interrumpió.

– ¿Qué está pasando aquí? — preguntó Dazai con voz débil desde la cama.

Los ojos de Chuuya y Fyodor se dirigieron rápidamente hacia Dazai, quien los observaba con preocupación. Se acercaron rápidamente a su lado, dejando de lado su enfrentamiento momentáneamente.

Chuuya le dedicó una sonrisa suave a Dazai. — No te muevas demasiado, estás herido — le advirtió con ternura.

Fydor, por su parte, preguntó con preocupación — ¿Te duele algo en particular?

Chuuya miró a Fyodor con incredulidad antes de responder en tono obvio — Por supuesto que le duele. No necesitas preguntar algo tan estúpido — dijo con brusquedad.

Fyodor le respondio con fastidio — A ti no te estaba preguntando.

La tensión entre ellos creció nuevamente, amenazando con desatar otra pelea, pero Dazai intervino débilmente para calmar las cosas.

I REGRET (SOUKOKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora