29

89 14 2
                                    

El sueño envolvía a Dazai en una paz profunda cuando una sensación fría y húmeda le acarició la mejilla. Entreabrió los ojos para encontrarse con el rostro de Fyodor, quien lo observaba con una sonrisa socarrona.

– Parece que por fin la bella durmiente ha despertado — bromeó Fyodor, su voz cargada de sarcasmo.

Dazai se sentó en la cama con un gesto adormilado, pasando una mano por su rostro. — ¿Qué estás haciendo aquí, Fyodor? —  preguntó, tratando de enfocar su mente aún somnolienta.

Fyodor se encogió de hombros con indiferencia fingida. — Se me hizo muy raro no verte por ahi y decidi venir a ver que pasaba y me di cuanta que tenias fiebre.  Pareces un poco pálido, ¿sabías?

Dazai rodó los ojos,  — ¿Pálido? ¿Yo? Deberías mirarte en un espejo — respondió, con un tono igualmente burlón.

Fyodor simplemente sonrió ante el comentario, antes de sacar un par de pastillas de su bolsillo. — Aquí, toma estas medicinas. Te ayudarán a sentirte mejor — dijo, extendiendo la mano hacia Dazai.

Dazai aceptó las pastillas, y después tragarlas con un sorbo de agua de la mesita de noche.

Fyodor frunció el ceño ligeramente. — ¿Por qué no me llamaste? Podría haber venido antes a cuidarte — preguntó, su tono de voz denotando una pizca de preocupación genuina.

Dazai se encogió de hombros, fingiendo indiferencia. —.Creí que te había llamado, pero supongo que me equivoqué de número — respondió evasivamente.

Una sonrisa astuta se extendió por el rostro de Fyodor. —.¿A quién llamaste entonces? ¿A alguna de tus amantes secretas? — bromeó.

Dazai soltó un suspiro exasperado. — No tengo amantes — respondió con un tono más firme de lo habitual, antes de que su voz se apagara al recordar un nombre. — Bueno, en realidad, por error llamé a Chu... — se detuvo — no importa ahora — agregó rápidamente, cambiando de tema antes de que pudiera terminar la frase.

Fyodor lo observó atentamente, sus ojos oscuros analizando cada gesto y palabra de Dazai. — Interesante — murmuró para sí mismo antes de decidirse a hablar. — Bueno, de todos modos, voy a prepararte un té. Te hará sentir mejor — anunció, levantándose de la cama.

Dazai asintió con sarcasmo. — Gracias, qué buen esposo que eres — dijo con una sonrisa irónica.

Fyodor le lanzó una mirada cómplice mientras se dirigía hacia la puerta. — Lo sé, cariño. Ahora vuelvo — respondió antes de desaparecer por completo de la habitación.

Fyodor  se acercaba con paso firme hacia uno de los guardias que custodiaban la entrada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Fyodor  se acercaba con paso firme hacia uno de los guardias que custodiaban la entrada. Con una seriedad que imponía respeto, preguntó con voz profunda y directa — ¿Quién ha estado cuidando de Dazai en mi ausencia?

El guardia, con evidentes signos de nerviosismo, titubeó antes de responder. — N-no lo s-se y-yo... — dijo, su voz temblorosa revelando su incomodidad.

I REGRET (SOUKOKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora