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El sol apenas se filtraba a través de las cortinas de la oficina de Dazai, proyectando sombras alargadas sobre el suelo. Fyodor observaba a Dazai con atención, notando su aparente distracción. Dazai parecía perdido en sus pensamientos, su mirada fija en algún punto distante, completamente ajeno a la presencia de Fyodor.

Fyodor, estaba a punto de preguntar qué era lo que perturbaba a Dazai cuando un golpe en la puerta interrumpió el momento. —  Adelante — dijo Fyodor con un deje de impaciencia.

La puerta se abrió lentamente y un subalterno entró, su expresión claramente nerviosa. —  Jefe, lamento interrumpir, pero... las armas que estábamos traficando han sido robadas —  informó, de forma temblorosa.

La noticia cayó como una bomba en la sala. Fyodor frunció el ceño, su mirada se volvió fría y severa. —  ¿Qué demonios estaban haciendo para dejar que las robaran tan fácilmente? — preguntó irritado.

El subalterno bajó la cabeza, haciendo una reverencia en señal de disculpa. —Lo siento mucho, señor. Hemos cometido un error. Haremos todo lo posible para recuperarlas —  prometió, claramente asustado.

Dazai, que hasta entonces había permanecido en silencio, suspiró profundamente y se levantó de su asiento. —  Iré a encargarme de esto —  dijo resignado, comenzando a moverse hacia la puerta.

Antes de que pudiera salir, Fyodor levantó una mano, deteniéndolo. — No, Dazai. Es mejor que te quedes aquí. Yo me encargaré de todo —  afirmó.

Dazai lo miró, sus ojos llenos de sorpresa y algo de sospecha. — ¿Estás seguro, Fyodor? —  pregunto con incredulidad.

— Sí —  respondió Fyodor, para luego dirigirse a su subordinado —  Encárgate de que el equipo esté listo. Nos moveremos inmediatamente —  ordenó antes de girarse hacia Dazai. —  Quédate aquí y asegúrate de que todo esté en orden. Yo me encargaré de esta situación personalmente — dijo antes de salir de la habitación, murmurando maldiciones sobre la incompetencia de sus subordinados.

Fyodor llegó al lugar con una expresión de calma glacial, aunque sus ojos oscuros brillaban con una ira contenida. Observó a su alrededor, evaluando la situación, antes de dirigirse a sus hombres.

— Es que acaso no pueden hacer algo bien —  declaró, su voz resonando en el amplio espacio del almacén. Rodaba las posibilidades en su mente, buscando una solución efectiva y rápida.

De repente, una voz familiar rompió el murmullo nervioso de los trabajadores. —  Parece que están en problemas — comentó Nikolai, con su tono habitual de burla.

Fyodor ni siquiera se molestó en girar la cabeza. Rodó los ojos, claramente irritado, pero decidió ignorar la presencia de Nikolai. En lugar de eso, se dirigió a sus subordinados con firmeza. — Pásenme las grabaciones de seguridad y busquen cualquier pista que pueda ayudarnos a identificar a los responsables. Quiero que paguen por esto —  ordenó.

Los subordinados asintieron rápidamente, apresurándose a cumplir con sus instrucciones. Fyodor se acercó a una de las estaciones de monitoreo donde las cámaras de seguridad mostraban imágenes en tiempo real del almacén y sus alrededores.

Mientras Fyodor vigilaba las grabaciones con atención, Nikolai se acercó lentamente, intentando captar su atención — Vamos, Fyodor, no seas tan serio. Sabes que podríamos solucionar esto de otra manera —  sugirió Nikolai, con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos.

Fyodor no respondió, sus ojos fijos en las pantallas. Las imágenes mostraban movimientos sospechosos en las horas previas al robo, pero no había una pista clara sobre quiénes eran los responsables. La frustración comenzaba a asentarse en su expresión, pero no dejó que lo distrajera.

Nikolai, evidentemente molesto por ser ignorado, se colocó justo al lado de Fyodor, invadiendo su espacio personal. —  Realmente, Fyodor, deberías considerar mis sugerencias. Podríamos arreglar esto de manera mucho más eficiente — insistió, su tono aún más irritante.

Fyodor finalmente se volvió hacia Nikolai, sus ojos destellando con una furia contenida. —  Nikolai, ahora no es el momento para tus juegos. Tenemos un problema serio que resolver y no tengo tiempo para tus distracciones —  dijo con voz helada, volviendo a concentrarse en las grabaciones.

Nikolai levantó las manos en un gesto de rendición, aunque su sonrisa no se desvaneció. —  De acuerdo, de acuerdo. Solo quería ayudar — murmuró, retrocediendo ligeramente pero sin apartarse del todo.

Un subordinado se acercó a Fyodor con una expresión ansiosa. —  Señor, hemos encontrado algo. Hay un vehículo sospechoso que estuvo merodeando cerca del almacén antes del robo. Aquí están las imágenes —  informó, entregándole una serie de capturas de pantalla.

Fyodor las examinó rápidamente, su mente trabajando a toda velocidad. —  Excelente. Quiero que rastreen este vehículo. Encuentren a los dueños y tráiganmelos. No importa cómo lo hagan, pero quiero respuestas para el final del día — ordenó.

El subordinado asintió y salió apresuradamente para cumplir con las instrucciones. Fyodor se volvió hacia Nikolai, sus ojos aún fríos. — ¿Tienes alguna idea útil o solo estás aquí para molestar? —  preguntó secamente.

Nikolai se encogió de hombros, su expresión despreocupada. — Solo quería ver cómo te manejabas bajo presión. Pero parece que tienes todo bajo control —  respondió ligeramente burlón.

Fyodor lo miró fijamente por un momento antes de apartar la vista, volviendo a concentrarse en las grabaciones. —  Entonces déjame trabajar. Si realmente quieres ayudar, busca más pistas o asegúrate de que nuestros hombres estén haciendo su trabajo — dijo autoritario.

Nikolai se quedó en silencio por un momento.

Fyodor sacó su celular para llamar a Dazai, tenía que avisarle que posiblemente encontraron a los responsables. Cuando Dazai contestó estaba por hablar pero rápidamente se corto — ¿ Qué raro? —  murmuró, otra vez llamo pero estaba vez parecía apagado. Tal vez se fue la batería.

Nikolai, cansado de ser ignorado, aprovechó el momento de distracción general para acercarse sigilosamente a Fyodor. Se inclinó y le susurró al oído con un tono burlón —  ¿Acaso me quieres ignorar, Fedya?

Fyodor se separó bruscamente de Nikolai, asegurándose de que nadie los había visto en esa posición comprometedora. Con una mirada fría y dura, enfrentó a Nikolai. — Ya no caeré en tus juegos estúpidos, Nikolai. Mejor lárgate.

Nikolai solo rió, una risa que resonó en el ambiente tenso del almacén. Fyodor estaba a punto de irse, pero Nikolai lo detuvo, acercándose nuevamente con una sonrisa maliciosa. — Te ves estresado, Fedya. Déjame ayudarte a quitar ese estrés —. sugirió con un tono insinuante.

Fyodor estaba a punto de gritarle que se fuera, pero en ese momento, algo hizo clic en su mente. Esto ya no era una coincidencia. Era obvio que había un patrón, y de repente todo encajó. Maldición, ¿cómo no se había dado cuenta antes? Si Nikolai estaba aquí eso quiere decir que Chuuya...

Se apartó bruscamente de Nikolai, su rostro mostraba la ira que sentia. — Eres un idiota —  espetó, llamando la atención de todos los presentes en el almacén. Sin perder tiempo, se dirigió hacia donde estaba Dazai.

Nikolai observó la reacción de Fyodor y rápidamente sacó su teléfono, enviando un mensaje a Chuuya

El tiempo se agotó. Fyodor ya lo sabe.

 Fyodor ya lo sabe

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I REGRET (SOUKOKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora