Capitulo 21. Encuentro

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Vestido de un traje negro, el cabello agitándose con el viento y la mirada encajada en las lápidas de piedra. En su mano descansaba un bello ramo de rosas blancas, los recuerdos acudían a su mente con cierta urgencia, buscando desatar crueles lágrimas y sollozos. Sasuke depositó las flores en las tumbas de sus padres, con una de las mangas negras intentó retirar lo que salía de sus ojos, pero fue en vano, al deshacerse de las lágrimas unas nuevas aparecían para suplantar a las ya eliminadas.

- Padre... Madre... no saben cuanto me hacen falta – bajó un poco la cabeza – no se preocupen por mí, estoy bien. Mi hermano está cuidándome.

Hizo una pausa mientras analizaba lo que acababa de mencionarles a sus difuntos progenitores ¿Qué pensarían de lo que hacían? ¿Les gustaría el regreso de Itachi?

- Él... es muy buena persona... eso es lo que quiero creer – delineó con sutileza los nombres de sus padres – pero a veces... tengo miedo y no sé que hacer... no puedo irme, lo necesito, dependo tanto de él.

Su mirada no había cambiado con el pasar del tiempo. Sus ojos seguían mostrando una terrible tristeza, el vacío dejado por sus padres continuaba ahí y no podía erradicarlo, a su corta edad necesitaba con ansías una familia, Itachi no lograba abarcar tal necesidad y lo sabía.

Mientras Sasuke visitaba a sus padres, su hermano y Kisame lo esperaban en un local que se encontraba cerca del sitio. Por nada del mundo el Uchiha pondría los pies en dicha tierra maldita, sólo sería así cuando su propio cuerpo estuviera sin alma y listo para ser devorado por los gusanos, su descomposición sería lenta eso era lo que soñaba, consumiéndose lentamente en el interior de la tierra, fundiéndose junto con sus recuerdos.

- ¿No crees que deberías hacerle compañía Itachi?

- No.

- Pero también eran tus padres. Ellos fueron los que te trajeron a éste mundo.

- Maldita la hora de mi gestación.

- ¿Cómo puedes decir eso?

- ...

- Al menos déjame ir con Sasuke.

- Déjalo solo.

- Como quieras.

El azulado hombre suspiró, Itachi se volvía más frío de lo habitual cuando su hermano le "exigía" visitar la tumba de sus padres. También se hallaba de mal humor, pues su abogado le mencionó que debía llevar a Sasuke con un psicólogo de vez en cuando y la exposición con chicos de su misma edad tendría que frecuentarse. Temía tanto que se lo quitaran, que consiguieran cualquier excusa para arrebatárselo y desaparecerlo de su vida para siempre, que Sasuke conociera a alguien menor, y que, como cualquier muchacho se ilusionara con un apuesto jovencito.

- Al menos deberías asistir a un grupo de ayuda. No puedes dejar la adicción tu solo.

- Estoy bien Kisame. Déjame en paz ¿Puedes hacer eso?

Todas estas preocupaciones las conocía Kisame, sabía de antemano lo que ocurría, era como si su corazón estuviera conectado al del Uchiha, poseía la capacidad para comprender lo que sentía y le preocupaba. Posó una de sus manos sobre las del pelinegro, buscando demostrarle que contaba con su apoyo incondicionalmente; le sorprendió el hecho de que Itachi no retiró su mano, al contrario, la mantuvo ahí. El Hoshigaki dedujo que tenía miedo, aunque de su rostro no se escapara otra expresión que la serenidad absoluta lo veía, lo leía en sus orbes negras.

- No me alejaré de tu lado nunca – apretó la mano blanca contra la suya azul – no importa lo que suceda, recuerda que me tienes a mi, no estas solo.

OB-SE-SIÓN (Itasasu fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora