Capitulo 18. Aprendizaje

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Compartir, es un hermoso regalo. Cuando se comparte, mostramos que somos capaces de brindar a otros las cosas que nos son más preciadas. Aparte de eso, una mejora a nuestra estima surge al compartir, ya que demuestra que somos generosos y eso nos cae a las mil maravillas. Pero cuando lo que se comparte es el cariño de una persona, la cosa cambia. Existe la posibilidad de que la atención para con nosotros se vea opacada.

- Te amo... Itachi – Kisame depositaba un cálido beso en la mejilla del pelinegro.

- ... - Sin embargo el Uchiha mayor no emitió ningún movimiento.

- ¿No me dirás nada?

- Kisame. Yo lo sé, tú lo sabes ¿Para qué decirlo de todas formas?

El azulado hombre le acarició la mejilla levemente, la llegada de Sasuke lo hizo retirar la mano de aquel sitio tan suave.

- Señor Kisame ¿me compra un helado? – Con una sonrisa arrancaba los sentimientos más profundos.

- Sasuke ¿Qué manera de comportarse es esa? – Recriminó Itachi.

- Perdón... - Bajo la mirada.

- Te lo compro, sólo y sólo si me haces un pequeño favor – El Hoshigaki se agachó hasta quedar a la altura del menor – Llámame simplemente Kisame.

- ¡Si! ¡Kisame! – Sonreía mientras el peliazul le acariciaba el cabello del mismo color.

Por extraño que parezca, Sasuke y Kisame estaban consientes de que Itachi tenía relaciones con ambos, a pesar de ello, estaban decididos a mantener su vínculo amoroso con el Uchiha, sin importarle tener que turnarse, tener que recoger las migas del otro, ser perros del mismo dueño. Algo muy extraño, pero que estaba sucediendo.

Al pelinegro esto parecía no molestarle, para nada, simplemente dejaba que las cosas fluyeran. Pero aunque el Hoshigaki siguiera con Itachi, éste vivía no con él sino con sus amados gatos. Otro aspecto que cabe recalcar es el de la relación existente entre Kisame y el Uchiha menor.

- ¿Cómo se llama?

- Pelusa.

- Oh – Acariciaba el bellísimo gato angora– Es muy bonito... Kisame... ¿Crees que Kurochan éste... Feliz con su nueva familia?

Kisame posó su mano en la pequeña cabeza del niño, acto seguido besó su frente con delicadeza.

- Mientras en tu corazón lo sigas amando como hasta ahora, estoy seguro – Dejó mostrar su perlada sonrisa.

- Gracias – Devolvió el gesto - Oye Kisame ¿Qué sabes tú de las semillas?

- ¿Qué clase de semillas? ¿Acaso quieres ser un jardinerito? – Pellizco una de las blancas mejillas, haciendo que se sonrojara el sitio.

- Au, no... - Se frotó el sitio amenazado - Cuando alguien te deja una semilla dentro ¿Cómo haces para que crezca?

- ¿Có...Cómo?

Sería algo demasiado apresurado, ni siquiera estaba seguro de lo que había entendido.

- Tengo una semillita de amor dentro de mí y quiero cuidarla hasta que crezca – Dijo con absoluta decisión.

La reacción por parte de Kisame fue de estupefacción ¿A que se refería exactamente con eso de la semilla?

- ¿Quién... te ha dicho semejante cosa? – El peliazul parpadeaba - ¿Te has sentido mal? ¿Qué síntomas tienes?

- ¿De que hablas? Yo estoy bien. Sólo quiero que crezca la semillita.

Sasuke se rascaba la cabeza, el hombre lo estaba confundiendo. El Hoshigaki se alarmó ¿era posible que el niño estuviera encinta? Después de todo, no sabía si Itachi usara preservativos cuando estaba con su hermano, y aunque su cuerpo no estuviera lo suficientemente desarrollado para ello esto era grave, no sabía que hacer ni que pensar.

OB-SE-SIÓN (Itasasu fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora