Sangre real, destinos entrelazados

capitulo 1: Dudas y Decisiones en el Camino

La gran sala del castillo resonaba con el murmullo de los nobles que se habían congregado para una audiencia con el rey Clark. En medio de la majestuosidad de la escena, el pequeño Jonathan, con sus brillantes ojos azules llenos de asombro, observaba desde la distancia mientras su padre, el honorable Lord Kent, dirigía con gracia a los nobles en discusión.

Jonathan se aferraba a la mano de su madre, Lois, mientras sus pies apenas alcanzaban a tocar el suelo de mármol pulido. Cada vez que su padre hablaba, Jonathan inclinaba la cabeza hacia arriba, admirando a ese hombre tan imponente que ocupaba el centro de la sala.

-¿Puedo ir con papá?-preguntó Jonathan, su voz llena de emoción.

Lois lo miró con ternura y lo levantó en sus brazos, sosteniéndolo cerca de su pecho. -No, cariño- murmuró con una sonrisa. -Tu padre está ocupado en estos momentos.

Los ojos de Jonathan se entristecieron por un instante, pero luego se encendieron con determinación. -Pero quiero estar con él- insistió, con un puchero en los labios.

Lois lo abrazó con más fuerza. -Eres demasiado pequeño todavía, querido- le explicó suavemente. -Hay mucho tiempo por delante para que estés junto a tu padre. Pronto llegará el día en que podrás estar a su lado siempre que quieras.

Jonathan asintió con la cabeza, aunque su corazón anhelaba estar junto a su padre en ese momento. Miró una vez más hacia la figura de el rey Clark, su padre, con admiración y respeto, prometiéndose a sí mismo que algún día caminaría a su lado, como un digno sucesor de su legado.

.

.

.

En la gran sala del trono, el ambiente estaba cargado de tensión mientras los nobles debatían sobre los asuntos del reino de Metrópolis. Jonathan Kent, el joven príncipe y único heredero al trono, se sentaba en una silla tallada con el emblema real, observando con atención las discusiones que tenían lugar ante él.

Su padre, el rey Clark Kent, se erguía con majestuosidad en el trono de oro macizo, su mirada fija en Jonathan como si buscara en su rostro las respuestas a las preguntas que los nobles planteaban.

-Jonathan-dijo el rey con voz grave, rompiendo el silencio tenso que se había instalado en la sala, -si estuvieras en mi lugar, ¿cómo manejarías esta situación con las tierras del sur?

Jonathan se sintió momentáneamente abrumado por la atención centrada en él. Tragó saliva antes de responder, consciente de que sus palabras serían escrutadas por los nobles reunidos. -Padre, yo... creo que sería importante...- titubeó, luchando por encontrar las palabras adecuadas mientras los ojos de los nobles lo observaban con expectación.

Sin embargo, antes de que pudiera terminar su respuesta, uno de los nobles más influyentes, Lord Harrington, interrumpió con un tono de desdén en su voz. -¿Estás seguro de que es prudente traer al heredero a estas reuniones, mi rey? Parece que su presencia solo interrumpe el flujo de nuestra discusión.

El rey Clark Kent sostuvo la mirada de Lord Harrington con calma antes de responder con determinación. -Mi hijo está aquí para aprender, al igual que todos nosotros. Su opinión es valiosa para el futuro de nuestro reino.

Jonathan se sintió un poco incómodo bajo las miradas escrutadoras de los nobles, pero sabía que debía mantenerse firme ante las críticas. Respiró hondo y se preparó para el siguiente capítulo de su destino real.

A pesar de la tensión palpable en la sala, el príncipe se mantuvo erguido, decidido a demostrar su valía como futuro líder de Metrópolis. Con la mirada firme, enfrentó las miradas escépticas de los nobles mientras consideraba su próxima respuesta al desafío de Lord Harrington.