Jonathan Kent es el hijo del rey de las tierras de Metrópolis, el único heredero al trono. Sin embargo, a pesar de su linaje real, muchos dudan de su capacidad para gobernar, comparándolo constantemente con la fuerza y el carisma de su padre, el rey...
Se encontró con una recepción inesperada por parte de su hermano mayor. Mientras se aproximaba al palacio, Dick lo esperaba en la entrada principal. La imponente fachada del palacio, con sus altos muros y majestuosos portones, quedaba enmarcada por la cálida luz del atardecer. A medida que se acercaba, pudo distinguir la silueta de su hermano mayor, de pie en la escalinata de mármol. La tensión en el aire era palpable.
Dick estaba ahí, con una expresión llena de preocupación y afecto. Sus ojos azules reflejaban una mezcla de alivio y ansiedad, y sus labios, apretados en una línea delgada, temblaban ligeramente. Las cejas fruncidas y las líneas de preocupación en su frente mostraban el peso de las emociones que lo embargaban. A pesar de la seriedad de su semblante, había una calidez en su mirada que indicaba un profundo cariño y un deseo sincero de asegurar el bienestar de su hermano.
Damian notó cómo había cruzado los brazos sobre el pecho, un gesto que denotaba tanto tensión como una necesidad de protegerse emocionalmente. Sin embargo, cuando lo vio acercarse, los brazos de su hermano se relajaron y bajaron a sus costados, como si el simple hecho de ver a Damian en persona fuera un alivio en sí mismo.
—Principe Dick.
En respuesta, Dick se acercó rápidamente, sus pasos resonando en las losas de piedra del patio. Sin decir una palabra, lo abrazó con fuerza, envolviendolo en un abrazo protector y fraternal. La calidez del contacto físico contrastaba con la frialdad del mármol bajo sus pies, y pudo sentir la preocupación palpable en cada gesto de su hermano.
La sorpresa se reflejó en esu rostro mientras se dejaba abrazar por su hermano. Por un momento, se sintió abrumado por la calidez y la preocupación, algo que no había experimentado en mucho tiempo.
Aunque agradecía el gesto de preocupación, en lo más profundo de su corazón seguía sintiendo un resentimiento latente hacia él. A medida que se alejaba de la entrada del palacio, una sensación de frustración y enojo lo invadió.
—Damian, hermano, ¿estás bien? Todos estábamos muy preocupados por ti—dijo Dick con voz temblorosa, su tono lleno de una mezcla de alivio y reproche cariñoso. Sus manos descansaban firmemente en los hombros de Damian, como si temiera que pudiera desaparecer de nuevo en cualquier momento—. No quiero que vuelvas a desaparecer así, sin decirnos nada. Lamento todo lo que te dije. Sé que es duro para ti y yo no tuve en cuenta tus sentimientos.
—Sí, estoy bien...
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A pesar del abrazo reconfortante, no podía darse el lujo de sentir simpatía por su hermano mayor. Ya no más. Estaba decidido a acabar con él, así como lo haría con Jason y con Tim. Suspiró agitadamente mientras escuchaba cómo le decía algo sobre su padre, algo que realmente no era importante para él ni para sus planes.
—Lo tendré en cuenta—murmuró, con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos. Su voz sonaba calmada, pero dentro de él, las llamas del resentimiento ardían con más fuerza que nunca.
