Capitulo 25: Joker.

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El príncipe se acercaba a las afueras de la ciudad, en una zona sombría y descuidada que refleja la oscuridad de su propietario. Es una casa de aspecto antiguo y deteriorado, con una fachada desgastada y ventanas cubiertas por cortinas raídas que apenas dejan pasar la luz.

-El hogar de un noble mal de la cabeza- comentó Maya, escrutando los alrededores con una mirada aguda- Dicen que cayo en la locura desde que el antiguo rey murió.

Su abuelo Thoma Wayne, el difunto rey de Gotham, llegó a conocerlo pero lamentablemente solo lo vio dos veces en la vida: una cuando su padre, anterior príncipe de la corona, los presentó y la última vez cuando estaba postrado en cama por una enfermedad desconocida.

No tenía pruebas de que haya sido envenenado, pero conociendo el palacio, eso hubiera sido lo más probable.

Asintió en silencio, su mente una vorágine de intriga y precaución mientras evaluaba la casa. Sabía que, detrás de esa fachada deteriorada, se escondía un peligro impredecible.. -Está mal de la cabeza, pero eso no lo hace menos inútil- respondió, dejando claro que aunque reconocía la locura del Joker, no subestimaba su potencial para causar caos y desestabilización.

-En primer lugar, no deberíamos buscar a este tipo.

-¿Estás cuestionándome? -dijo Damian, intentando sonar autoritario.

-No, príncipe -respondió Maya rápidamente, con una sonrisa burlona-. Jamás lo haría.

-Ahora me dices que jamás lo harías.

-Porque no lo haría, hermanito.

-No me digas así.

-Yo te digo como quiero.

-Voy a hacer que te corten la lengua.

-¿Así? Quiero ver cómo sale esa orden por tu boca -replicó Maya, cruzando los brazos, desafiándolo con una ceja levantada.

Damian la miró por un segundo, luchando por mantener su seriedad, pero al final no pudo evitar soltar una pequeña risa.

-Te detesto.

-Es mutuo.

 Se detuvieron frente a la puerta de la casa del Joker, observando con cautela el deteriorado umbral. Después de un momento de vacilación, Damian extendió la mano y tocó la puerta, esperando una respuesta.

El silencio reinó en el otro lado de la puerta, sin señales de vida desde el interior de la casa. Con un gesto de determinación, decidió tomar la iniciativa y empujó la puerta lentamente.

Para su sorpresa, la puerta cedió con facilidad, revelando un oscuro interior iluminado solo por la tenue luz que se filtraba a través de las ventanas cubiertas por cortinas desgastadas. El aire dentro de la casa era denso y opresivo, impregnado de un aire de misterio y malestar.

Damian intercambió una mirada con Maya, ambos conscientes de que estaban adentrándose en territorio desconocido y potencialmente peligroso. Con determinación en sus corazones, cruzaron el umbral y entraron en la casa del Joker, preparados para enfrentar lo que fuera que encontraran en su interior.

Al adentrarse en la casa, se encontraron con una sorprendente escena: la sala estaba abarrotada de juegos medievales. Había mesas cubiertas de tableros de ajedrez, cartas y dados, así como estantes repletos de juegos de estrategia y de mesa.

El ambiente era surrealista, como si hubieran entrado en un mundo completamente diferente al exterior oscuro y sombrío. La luz parpadeante de una lámpara de pie en una esquina arrojaba sombras inquietantes sobre las figuras de los juegos y las paredes descascaradas.

Sangre real, destinos entrelazadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora