Capitulo 29: Desilusión en las Tierras Olvidadas

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Se encontraba de nuevo en las tierras olvidadas, rodeado por la desolación y la pobreza que tanto lo entristecían. A pesar de haber pasado tiempo desde su última visita, poco había cambiado en estos lugares remotos. Las casas seguían en ruinas, los campos estaban marchitos y la esperanza parecía un bien escaso entre los habitantes.

Esta vez, sin embargo, no estaba solo. Lo acompañaban Kathy y Gar. Juntos, habían decidido regresar a estas tierras para tratar de hacer una diferencia, aunque fuera pequeña, en la vida de aquellos que tanto habían sufrido en el olvido.

El trío cabalgaba en silencio, sumidos en sus propios pensamientos mientras contemplaban el paisaje desolado que se extendía ante ellos. Podía sentir la tristeza pesando en su corazón, pero también sentía una determinación renovada ardiendo en su interior. Esta vez, no solo venían a presenciar la miseria, sino a ofrecer una mano de ayuda y esperanza a quienes la necesitaban desesperadamente.

-¡El príncipe Jonathan ha venido!- El grito resonó a través del pueblo, provocando un revuelo entre los habitantes que salían de sus hogares para ver al príncipe y sus compañeros guerreros. Los rostros cansados se iluminaron con una chispa de esperanza al ver la llegada de aquellos que venían con la promesa de ayuda y solidaridad.

Se detuvo frente al pueblo, observando a la multitud con una mezcla de gratitud y humildad. Sabía que no era un salvador, pero también sabía que tenía el poder y los recursos para marcar una diferencia en la vida de aquellos que tanto sufrían.

Con una sonrisa cálida, Se dirigió a la multitud, su voz resonando con determinación y compasión.

-Amigos, estoy aquí para ofrecer mi ayuda en lo que pueda. Sé que estas tierras han sufrido mucho y que las dificultades que enfrentan son grandes, pero juntos podemos superarlas. No vine solo esta vez, sino acompañado de mis fieles guerreros Kathy y Gar, quienes están aquí para apoyarlos en todo lo que necesiten. No están solos en esta lucha.

Los habitantes del pueblo respondieron con aplausos y muestras de gratitud, reconociendo el gesto generoso del príncipe y sus amigos.

El sol estaba en su cenit cuando los tres comenzaron a distribuir alimentos entre los habitantes del pueblo. La multitud se congregó alrededor de ellos, agradecida por el gesto de generosidad y solidaridad.

El sol ardiente del mediodía iluminaba el pueblo, haciendo que las sombras se desvanecieran y revelando cada detalle de la escena frente a ellos. Jonathan, Kathy y Gar descendieron de sus caballos, rodeados por una multitud expectante de hombres, mujeres y niños. El aroma tentador de la comida recién preparada flotaba en el aire, mezclándose con el murmullo de la multitud y el sonido distante de los animales. Los habitantes del pueblo se agrupaban alrededor de los tres visitantes, con expresiones de gratitud y esperanza en sus rostros gastados por el sol y el trabajo duro.

Los ojos de Jonathan escudriñaban la multitud, captando cada gesto de necesidad y cada destello de esperanza en los rostros de aquellos a quienes había venido a ayudar. Sentía el peso de la responsabilidad sobre sus hombros, pero también una determinación renovada de hacer todo lo posible para aliviar el sufrimiento de estas personas.

Kathy y Gar trabajaban incansablemente junto a él, distribuyendo alimentos y palabras de aliento entre la multitud. Sus rostros, marcados por la determinación y la compasión, irradiaban una fuerza y ​​una calidez que inspiraba confianza y esperanza en aquellos a quienes ayudaban.

Los habitantes del pueblo se acercaban tímidamente, aceptando con gratitud la comida y las provisiones que se les ofrecían. Las risas y los murmullos de agradecimiento llenaban el aire, rompiendo el silencio opresivo que había envuelto estas tierras olvidadas durante tanto tiempo.

Sangre real, destinos entrelazadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora