Clara era mi mejor amiga. No, solo lo decía por qué no tenía más amiga.
A final de la fiesta tuve que irme a mi casa en taxi porque ella no quería irse.
Vamos juntas y nos volvemos juntas. Pues eso quedaba en la puta mierda cuando hablamos de mis "amigas".
La biblioteca local de la ciudad quedaba no muy lejos de mi casa, venía cada que pudiera. Simplemente a leer.
Busco por los estantes de la librería un libro que me llame la atención. Era de noche pero no muy tarde, y habían pocas personas en la biblioteca
Cuando encuentro un libro, voy a unos de los muebles que están en un rincón y me siento en ellos.
Después de un rato siento que alguien se sentó a mi lado.
Volteo a ver.
Lucian.
Está mirándome.
–Hola ángel –Me dice con una pequeña sonrisa.
–Hola –Le respondo dejando el libro a un lado.
Se mueve a uno de los muebles que están enfrente mío, y quedamos sentados frente a frente.
–No esperaba verte aquí –Le digo en un susurro pasando mis manos sudadas por mis piernas.
Otra vez estaba nerviosa.
–¿Por qué estás fuera de casa tan noche ángel?.
Lo miro fijamente.
–Me gusta estar aquí –Cruzo las piernas en señal de que estoy nerviosa hasta la mierda. –Y bueno, en las tardes no puedo, ni en la mañana.
Lucian recarga la espalda en el mueble y no deja de mirarme con ternura.
Lo encuentro muy atractivo. No había visto nunca a un chico como lo miro a el.
Y no es que conozca a muchos, en realidad no conozco a ninguno.
–Me tienes maldita mente obsesionado ángel.
Suelto un jadeo y me sorprendo.
Lo miro extrañada por su comentario.
–¿De dónde me conoces? –Le pregunto.
–¿Que te hace pensar que te conocía desde antes?.
–Anoche –Le digo mirándolo fijamente –Estabas mirándome. ¿Me estabas vigilando?.
Estaba claro que esa no era la primera vez que me veía. Lo podía jurar.
Su mano se dirige a mi pierna desnuda y la posa en mi rodilla. Mi respiración se corta y el se acerca mucho más a mi.
–Estas en lo correcto ángel –sube más su mano hasta que descansa en mi muslo y me sonrojo. –Te conozco más de lo que creés.
Lo miro confundida. Y con un poco de miedo.
Aprieta mi muslo antes de subir más y pasarla en mi cintura.
Soy todo un manojo de nervios y estoy segura de que parezco un tómate de lo sonrojada que estoy.
Aprieto los muslos a sentir algo mojado entre mis piernas. el nota ese acto y sonríe con malicia.
–¿Quien eres? –Le pregunto en un pequeño susurro.
Sonrie más y aprieta mi cintura.
–Me llamo Lucian te lo dije. Aunque las personas me apodaron como Angel oscuro.
Maldita sea.