Lucian
Suelto un suspiro en señal de aburrimiento.
Llevo dos horas ya metido en esta maldita sala de reuniones.
-La mercancía del primer almacén era sumamente importante, ya estaban vendidas -Dice uno de los ejecutivos en voz alta.
-Tenemos que hacer algo ya.
Ruedo los ojos pidiendo a Dios todo poderoso paciencia.
Sabía que la gente de Isaac se vengaria de alguna forma, y lo hicieron de la forma más idiota posible, robando no más de 10 cajas de armas de uno de mis almacenes. Cosa verdaderamente insignificante para mí, pero de alguna manera los ejecutivos metidos en esto, están explotando en preocupación.
El dinero que se robaron en armas no era ni un tercio de lo que ganó en dos días, no valían nada, y esperaba que lo hicieran, ya habían tardado. El padre Issac tomo el mando de el, y ahora busca mi cabeza por todos lados.
No me importa en lo más mínimo.
Ese hombre no llegará ni a tocarme con un palo en su vida, nisiquiera sabe con quién se está metiendo ni con quién tenía negocios sucios su hijo.
Su mayor error fue tocar a mi mujer, ahora que aprenda a vivir con esas consecuencias.
-No vamos a hacer nada, porque eso no valía absolutamente nada. Señores por favor están comiéndose la cabeza con algo tan malditamente estúpido. -Agarro el vaso a medio beber y me levanto de esa silla bruscamente -La reunión de acabo, busque una vida, vayan a coger, y dejen de convocarme para idioteces.
Camino hacia la salida y salgo de la sala sin mirar a nadie.
-No dejes entrar a nadie -Le ordenó a Luisa mi asistente.
Entro a mi oficina y cierro la puerta, solos necesito firmar algunos papeles de la empresa que tengo en Berlín y me iré a casa con Leyla.
Mi teléfono suena, y una llamada de mi madre se refleja en la pantalla. Corto sin pensarlo, está fastidiandome la vida desde hace algunos día. Claramente, desde que supo sobre Leyla.
Simplemente no termina de aceptar que estoy con Leyla y no con la que ella quiso para mí.
Se que es cuestión de tiempo para que mi madre llegue a Estados unidos si no contesto sus llamadas, es lo que quiero la verdad.
Escucho unas voces alteradas detrás de la puerta, parece Luisa peleando con alguien.
-¡Señorita ya le dije que no puede pasar!.
-¡Me importa muy poco lo que me digas, yo pasaré así que quítate!.
Frunzo el seño confundido y de pronto la puerta de abre dejándome ver a Leyla con mi camisa blanca de botones, unas converse y un short de tela. Justamente como la dejé está mañana en el departamento.
-Que mierda Ángel -Me levanto rápidamente y camino hacia ella. -¿Que estás haciendo aquí?
Ella me mira con evidente enojo, que no sabría decir el porque.
Pero entonces Leyla es interrumpida otra vez.
-Lucian querido.
Una voz chillona se hace presente y alzó la vista hacia la puerta, como no, ahora que, ¿mierdas hace Vittoria aquí ahora?.
Ella miro a Leyla con evidente enojo.
¿Ahora todos estamos enojados?, ¿O como es el juego?.
-¿Que hace está puta aquí?. -Victtoria se acerca a Leyla -¿Que acaso no te había hechado?, te dije que te fueras, desaparece.
Entonces lo que sucede no lo ví venir en mi puta vida, ni mucho menos de Leyla.
Mi ángel con todo el odio del mundo alza su mano derecha con la palma abierta y pega una fuerte cachetada a Victtoria, está cae al piso agarrándose su mejilla izquierda con las manos.
Mierda.
-¡La próxima vez que vuelvas a llamarme puta, te mato!, ¿Me entendiste?.
Suelto una risa y la miro asombrado.
No me lo esperaba, y menos de ella, pero mierda como me gusta verla enojada.
Victtoria trata de hablar pero Leyla la calla.
-¡Cállate, tu voz, chillona y estúpida, me lastima los oídos, así que cállate y vete de aquí!.
Me voy a casar con esta mujer. Dios,
no quiero a nadie más.Veo a Vittoria pararse y se acerca a Leyla con rapidez y cuando tiene la intención de tocarla intervengo.
-Si te atreves de tocar a mi mujer puedo hacer que tú muerte parezca un accidente en menos de veinte minutos. Y créeme, no sentiré arrepentimiento por ello.
La rubia se sombra por mi forma brusca de hablarle y retrocede hacia atrás.
-Me las vas a pagar zorra -Le dice a Leyla, y ella le hace una muñeca de aburrimiento y Victtoria sale de mi oficina azotando la puerta.
Sonrió.
-¿Y porque mierda sonries tu?.
Dejo de sonreír.
-No quiero volverla a ver y menos junto a ti.
Me acerco hacia ella y pongo las manos en su cintura.
-Tus deseos son órdenes mi ángel.
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.Creo que nuestra preciosa Leyla está volviéndose un poco caprichosa y más fuerte, eso le fascina a lucian, espero que les guste el capítulo.Paso a decirles que no planeo hacer la historia tan larga, en realidad falta mucho para que termine, pero no tendrá tantos capítulos, pero no sé preocupen. Todavía falta mucho más por ahora de Lucian y Leyla.
Los dejo, cuidense y tengan un lindo día.
Coplit❤️