A lo largo de mis 18 años de vida nunca tuve algún novios, o casi algos.
Nisiquiera salir con algún chico.
Supongo que estoy más ocupada terminando tareas como para salir con alguien.
Nadie me miro con deseo o con cariño y mucho menos amor.
Pero estando al frente de este hombre.
Nisiquiera sabría describir su mirada, es tan confusa y misteriosa.
–Abre esos lindos labios y dime lo mucho que estás pensando ahora –Pregunta Lucian en un susurró. Sigue sentado frente a mi solo que quitó las manos de mi cuerpo.
Nisiquiera se en que momento me ahogue en mis pensamientos olvidado que estaba frente a el.
Nerviosa y con las manos temblorosas, me acomodó cruzando las piernas como indio encima del sillón y poniendo un cojín encima de mis piernas.
Necesito, necesito mucho saber porque está siempre atrás de mi.
–Me preguntaba que demonios se supone que quieres de mi.
Sonrie antes mis palabras, y se los juro que es la sonrisa más atractiva que ví en mi vida.
Hasta ahora no me había dado cuenta de su vestimenta, pero tiene una camisa manga larga de botones negra, pantalones igual negros y unas botas.
–Quiero todo de ti Ángel.
Me mira fijamente y yo no sé que más se supone que debo de decir.
–Se que escuchas lo que dicen sobre mi –Se quita uno de los tanto anillos que tiene en sus largos dedos. Dios mío soy mano sexual– No soy un buen hombre Ángel, pero eso no significa que no seré bueno contigo.
Agarra mi mano derecha con suavidad, coloca su anillo en mi palma.
–Quiero que lo lleves contigo siempre, solo hasta que consiga uno a tu medida y puedas usarlo –Deja mi mano devuelta a dónde está y me mira fijamente.
Es plateado, lo veo más de cerca y veo que tiene una piedra en medio muy bonita.
¿Acaso eso es un diamante?.
Malditasea. Es un puto diamante.
Nunca ví uno nunca al menos no en persona.
Es precioso.
Parece que el nota mi mirada mucho en el diamante.
–Prometo que todas tus jodidas joyas tendrán un puto diamante.
Lo miro ahora.
Lucian se levanta del sofá y me mira desde arriba. Se inclina hacia mí cara y deja un beso húmedo en mi mejilla.
–Tengo que irme ahora, pero prometo que volveré y te explicaré todo. Se que tienes muchas dudas, se que estás confundida. Pero con calma Angel. –dice alejándose de mi y dando un paso hacia atrás lo veo caminar hacia la salida y hablar con la recepcionista de la biblioteca.
Me mira por última ves y se va, me levanto un poco para ver hacia donde y lo veo montar en una camioneta negra e irse.
Me siento otra vez como estaba y cierro los ojos un momento.
Estoy nerviosa y aterrada, no sé lo que ese hombre quiere de mi
¿Porque se fijó en mi?, ¿Que quiere de mi?.
Me levanto del sillón agarrando el libro y dirigiendo a la señora Marta que es la recepcionista.
–Se que no puedo llevarme el libro así que regreso mañana en la noche otra vez –Le digo sonriendo y dejando el libro en la mesa.
La señora Marta me mira y sonríe igual.
–Querida, el hombre que salió hace un momento me pagara para que te puedas llevar todos los libros que quieras –Me devuelve el libro y yo lo tomo sin poder creerlo –Asi que puedes llevarte ese y los que quieras.
Oh por Dios santo.
