Capitulo 6

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**Arthur Hume**

No me equivoco nunca con las personas, y con ella se me ha hecho difícil descifrarla, llegar a conocerla, no es nada transparente, no se que tiene, y no puedo tampoco dejar de verla.

Mi familia quiere una esposa para mi, y yo se la daré, se merecen un poco de dolor de cabeza y presiento que Clarisse se los dará, ya que no es el estereotipo de persona que ellos quieren para que lleve el apellido Hume, pero si es el estereotipo de persona que yo quiero para que firme ese contrato, justo hoy por la forma en la que se comportó, ví que es la ideal.

No me interesa casarme ahora, si tuviera otra opción no lo haría, tuve una buena relación con mi exnovia, y después de todo la superé con un gran esfuerzo, no puedo permitirme volver a caer en lo mismo.

La veo tomarse toda la botella, y ya se muy bien a donde va esto, Nadia está muy entretenida en su mundo bailando y divirtiendo, y la otra chica con la que anda no se queda atrás. ¡Que buena compañía tiene!.

Me acerco a Nadia con la única intensión de hacerle ver lo que sucede con su amiga.

—Creo que tu amiga no está muy cómoda aquí, lo mejor sería que no la dejes sola —Suena como una orden, pero no me importa en lo absoluto intentar acomodar lo que he dicho. Me estoy sintiendo incómodo, yo también quiero irme de aquí, mis primos tampoco me están prestando atención o siquiera me incluyen a su diversión, así que regreso a la puerta, dándole una última mirada y terminando de marcharme.

Tengo un tiempo viviendo solo, pero de vez en cuando me quedo en casa de mi abuela, me gusta pasar el rato con ella, y que todo sea como antes, que me saque de la rutina y me recuerde que no soy una máquina, un robot que solo piensa en trabajar.

Estoy a punto de entrar a la mansión Hume, cuando veo el auto de mi tío en la entrada y supongo que ésta noche no será una muy buena velada, mi abuela no está sola y seguro será un martirio su presencia. No debí venir, pero ya he llegado y no me queda de otra.

—¡Buena noches! —Me dirijo a todos los presentes. De inmediato voltean al reconocer mi voz y me gano unas cuantas caras largas.

Yo soy el único que se da cuenta de todo supongo, están aquí por cortesía y solo esperan el momento en que mi abuela muera, para así empezar la batalla campal contra mi por la empresa. ¡Hasta creen que voy a permitirles que echen abajo todo lo que he construido.

—¡Hijo, que bueno verte! —Mi abuela siempre se emociona conmigo, está feliz de verme y yo aún más.

—Si abuela, a mi también me da mucho gusto verte —Me siento frente a mi tío Alfredo, esperando que diga algo, pero no lo hace. Al contrario de su esposa, por supuesto.

—Cuando será el día que conoceremos a la novia de Arthur —No es pregunta, solo está como siempre metiendo sus narices donde no la llaman.

—Quizá sea muy pronto señora, solo no hay que desesperarse —Toma un poco de agua muy tranquila, mientras la veo esconder las manos como las personas que roban y no quieren ser descubiertas.

—Mis hijos estan siempre trabajando, no nos acompañan porque tienen mucho trabajo —Casi me ahogo con el agua.

¿Acaso se está burlando de mi?. Seguro sus hijos siguen muy felices en aquel bar en el que yo estaba, bailando con mujeres que no conocen y quien sabe que más pase de ahí en adelante.

No digo nada, me gusta saber las cosas y hacerme como si no, tampoco quiero causar un mal momento, más con mi abuela aquí.

—Que bueno, me alegra que sean productivos —Mi sarcasmo se nota a leguas.

INSANITYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora