**Clarisse O'kelly**
La verdad es que me ha dejado intrigada el giro de la conversación con Arthur, empezamos por los términos y se ha ido al tema de que me pone nerviosa.
¡Está más que claro que es así! Pero es solo por el simple hecho de que me siento intimidada, nada más.
Además su último mensaje me ha dejado sin poder ni responder. Porque... ¿Que le digo? No puedo decir nada.
**Arthur**
*Que usted dentro de poco será mi esposa por todas las de las leyes, y solo me bastará una firma*
Me ha dejado cuadrada, no se que diablos decir y es por ello que no me he inmutado si quiera en responder. Aclara unas cosas y me deja en las mismas dudas en otra. No entendí un carajo lo de la herencia y quedé igual con el temita del pago por incumplimiento, está claro que no lo haré, pero se me puede salir todo este rollo de las manos.
Lo único que pasará, es que comenzaré a imaginarme cosas que quizás no son, y si Andrew me pregunta no sabré qué responder, porque ni yo misma se bien de que va todo el rollo ese.
Trato de respirar bien, con toda la calma del mundo, para no enloquecer. No quiero pensar en eso, ya no me quiero agobiar más y hacerme bolas por algo que no entenderé hasta que me lo diga.
Salgo de la cama, me quito la ropa que me había puesto hace poco y regreso a la ducha nuevamente, necesito enfriar mi mente y por eso ésta vez abro la ducha de agua fría, me meto debajo de ella e intento no pensar en nada más, estoy hastiada de todo el lío en el que me he metido.
Mientras el agua recorre mi cuerpo, aunque no quiera, vienen a mis recuerdos lo lindo que fue conocer a Andrew y enamorarme de él, cuando yo era lo más importante para su vida, su única prioridad, ahora todo ha dado un giro demasiado grande, dejándome fuera del radar de prioridades.
Recuerdo que estaba en aquella sala de espera, mientras Nadia procesaba su borrachera, yo bien preocupada porque no podía creer que me había llamado llorando por un hombre que la engañó, y no me molestó el hecho de que llorara, si no de que se haya emborrachado por él, y por el simple hecho de beber como loca hasta terminar en el hospital.
Caminaba por el pasillo, cuando alguien tropezó conmigo y me derramó su café en la blusa, lo único que pensé fue que era demasiado conveniente, alce los ojos y lo vi, un hombre guapo, con un pelo muy bueno, unos ojos claros que deslumbraba, pero a la vez mostraban cansancio y una barba reluciente, pero sus ojos, esos ojos son miel pura, y fueron los que llamaron más mi atención.
—Disculpa. No me percaté de que venía alguien, realmente lo siento —Se disculpó muchas veces, pero no estaba muy al pendiente de eso, pensaba en Nadia y en que lindo se veía disculpándose de esa manera.
—Ya, no te preocupes, luego me pagas la blusa —Le dije en broma. Lo vi sacar su teléfono y pedir mi número, y desde ese momento no terminó jamás nuestra comunicación, me invitaba a salir, me hablaba de su familia, le presenté a Nadia, a la cual no le cayó muy bien desde entonces.
Hasta que pasamos un buen tiempo juntos, y decidimos ser pareja y mudarnos juntos a los ocho meses de conocernos. Nadia siempre me dijo que me apresuré las cosas y que algún día yo misma me daría cuenta. No entendí bien porque su desprecio hacia él, hasta esta fecha, dónde noto la actitud, la fama y el cambio.
Salgo de la ducha, y siento que me he dado un baño de diez días, con el tiempo que duré ahí dentro pude haberle dado de beber a muchos camellos. Me cambio, y voy a ponerme una pijama, pero será mejor que no, quiero esperar a Nadia, quizás le de ganas de salir y yo no quiero quedarme sola tanto tiempo.
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INSANITY
RomanceUn plan trazado, con un fin desagradable. Clarisse y Andrew, dos vulgares ladrones, o digamos que uno más que otro, buscaban como obtener dinero de manera ilegal, poco confiable y sobre todo de mala manera. Muchos robos y muchos planes victoriosos...