Capitulo 18

12 1 4
                                    

**Clarisse O'kelly**

Estoy inquieta, ya que no deja de darme vueltas en la cabeza eso de el hijo, de la herencia, de si debería, y que es lo que sentiría si algo así pasara, me carga la cabeza como si estuviera en una licuadora.

Debe haber varias opciones para que él tenga el bebé que tanto quiere sin necesidad de que yo se lo dé, o por lo menos sin tocarme, porque no creo que sea capaz de dejar que me ponga una mano encima.

Estoy casi segura que a Andrew eso lo volverá loco, pero con el detalle de la ambición que tiene por ese dinero para su madre, no pondría en tela de juicio absolutamente nada, porque él solo hecho de que me lance a los brazos de otros ya dice mucho.

Arthur sube al auto en silencio sacándome de mis pensamientos, toma su teléfono para revisar algunas cosas supongo, pero me da una pequeña mirada alterandome más, y lo suelta para arranca sin decir anda. ¡Que hombre mas extraño!. ¿Será así siempre? ¿O solo se debe a esa presión que tiene?

—¿Piensas hablarme de tu familia? Decirme que pasa realmente con ellos, por lo menos, no sé —Eso me toma desprevenida, y sinceramente no quiero hablar de nada de eso, y pensé que le había quedado claro cuando le di una idea de lo que me estaba pasando con ellos, pero no que me quisiera preguntar ahora, aunque tiene más sentido.

—Lo siento. Realmente no estoy lista para eso, pero prometo hacerlo. Solo dame un tiempo —Le pido más inquieta ahora, es normal que pregunte eso, pero me incomoda.

El tema de mis padres es algo doloroso y yo no creo estar lista nunca, pero se que debo, es necesario.

En su cara veo compasión, y aunque no me gusta, al final agrega ese pequeño punto de compresión. Me impresiona que aún no me haya investigado hasta lo que me pongo para dormir, con lo controlador que es, ya creía ese documento más que armado, y me sabría hasta cuántas veces voy al baño.

—Está bien, te daré tu tiempo, pero no tardes. Nos casaremos pronto y para entonces quiero saber más cosas que solo tu nombre y el diez por ciento de tu entorno —Siento que se esta cansando y es lo que menos quiero yo, porque de resto o se arrepiente, o será un martirio.

—No se preocupe, yo prometo hablar en su momento —Solo asiente con la cabeza, mirando hacia adelante.

—Muy bien —Da por zanjada la conversación, es lo mejor.

El resto del camino a casa es en silencio, ninguno de los dos dice nada más y creo que es lo mejor, cada uno tiene algo en que pensar, o por lo menos yo, que creo que será una larga noche sin dormir, porque no podré sacarme ese detalle de la cabeza.

El auto se detiene frente a la casa de Nadia, la miro y de regreso a él que mantiene una De sus manos en el volante y mira al frente.

¿Que le sucede?

—Debo irme. Gracias por todo —Hablo para llamar su atención y me despido, acercándome a él para así poder darle un beso en la mejilla. No se ni cómo me atrevo, o de donde he sacado el valor, pero más que eso, lo que me ha dado es curiosidad de saber que se sentía ser yo la primera en acercarse a él.

El contacto con su mejilla parece lava ardiendo, lo que me hace fruncir el ceño. Ha sido un poco extraño.

—Cuídate, luego hablamos de lo que nos falta, así podremos aclarar las salidas y una cena con mi familia —Asiento con la cabeza para bajar del auto, pero cuando lo hago él no arranca y supongo que es para ver que entre hasta la casa, así que doy la espalda y hago lo propio.

No sé si es un síntoma de protección o control, pero me inclino más por la segunda.

Ya pasado un tiempo desde que me he marchado, puedo suponer que Nadia está aquí, y ya que no está ni en la sala ni en la cocina, lo más probable es que esté en su habitación, así que subo las escaleras con la clara intención de hablar con ella, desde que se fue al trabajo hemos quedado un poco tensas.

INSANITYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora