● Cap 4 ●

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𝐃 𝐄 𝐁 𝐈 𝐋 𝐈 𝐃 𝐀 𝐃

Law estaba sentado en su escritorio, revisando minuciosamente los documentos de su plan para salvar a Mugiwara

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Law estaba sentado en su escritorio, revisando minuciosamente los documentos de su plan para salvar a Mugiwara. Con apenas tres días para llegar a Marineford, la tensión era palpable entre la tripulación. Law estaba al límite de su paciencia, especialmente con Rusu, cuya actitud cada vez más desafiante no ayudaba en nada.

El ambiente tranquilo en la sala se rompió de golpe con los gritos y el alboroto que se aproximaban. Antes de que pudiera hacer algo, Rusu irrumpió en la habitación, seguida por sus nakamas, que intentaban contenerla.

—¡Oe, ojeroso! Si no emergemos de inmediato, ¡destruiré el submarino! —gritó Rusu, su voz llena de furia.

Law levantó apenas la vista de sus documentos, su expresión imperturbable.

—Deberías calmarte, Rusu-chan —dijo Bepo, que trataba de intervenir. La mirada fulminante de Rusu lo hizo bajar la mirada con temor—. Lo siento...

—Kurayami-ya, no vamos a emerger —sentenció Law con firmeza.

—¡Trafalgar! ¡No puedes obligarme a quedarme aquí mientras Ace está muriendo y-

—¡BASTA! —rugió Law, levantándose de su silla con furia—. ¡KURAYAMI-YA, NO ARRIESGARÉ A MI TRIPULACIÓN!

Rusu se quedó estupefacta; era la primera vez que le gritaba con tal intensidad.

—Llevas días tratando de que cambie de opinión, pero cada vez que lo haces, menos quiero hacerlo. Si no te adaptas a mis reglas, ¡te dejaré a la deriva! —Law se sentó de nuevo, desviando la mirada mientras el shock dejaba a Rusu paralizada.

Desconcertada, Rusu se dio la vuelta y se dirigió a su habitación, sintiendo un torbellino de emociones. Cerró la puerta detrás de ella y se deslizó lentamente hasta el suelo, tratando de apaciguar los recuerdos que la atormentaban.

—¿Por qué Law me recuerda tanto a mi pasado? —se preguntó entre lágrimas, mientras su respiración se volvía irregular.A medida que su respiración se volvía errática, luchó por calmarse. El sudor frío se acumulaba en su frente y sus manos temblaban.

Alguien tocó la puerta suavemente.

—¿Rusu-chan? —La voz suave de Bepo llegó a sus oídos, rompiendo el torbellino en su mente. Rusu se levantó con esfuerzo y abrió la puerta.

Rusu se levantó y abrió la puerta, encontrándose al oso con una expresión preocupada.

—¿Qué sucede? —preguntó ella.

—¿Estás bien?

—Sí, ¿por qué no debería estarlo?

—Rusu-chan, sabes que soy médico, ¿verdad? Te escuché —dijo Bepo, mirándola con pena.

¿𝐔𝐍 𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐏𝐎𝐒𝐈𝐁𝐋𝐄? | Trafalgar Law x 𝙁𝙀𝙈!ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora