En un vasto océano de leyendas y secretos, donde los ecos de antiguas batallas aún resuenan entre las olas, se despliega un mundo de piratas y aventuras que desafían la imaginación. Un reino donde los dioses observan desde lo alto, susurrando destin...
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▐くらやみ るす ▐𝐊𝐮𝐫𝐚𝐲𝐚𝐦𝐢 𝐑𝐮𝐬𝐮 ▐ 𝕶𝖚𝖗𝖆𝖞𝖆𝖒𝖎 𝕽𝖚𝖘𝖚
Sólo veía negro, parecía que mi conciencia había abandonado mi cuerpo. Pero aun así, seguía sintiendo el fuerte dolor de los golpes que recibí.
Me sorprende no haber recibido una herida grave que me deje al borde de la muerte, la verdad.
Sentí un fuerte golpe en mi mejilla. ¿Saben? Algunas veces me gustaría estar tranquila tomando elixir y sólo elixir, no en una guerra.
Poco a poco mis sentidos iban volviendo en sí. Oía las voces y los disparos, parecía como si algo realmente malo estuviera pasando. Sentía como alguien me estaba cargando mientras me golpeaba frenéticamente la cara.
—¡Rusu-girl!, ¡Rusu-girl! —escuché su voz chillona
Harta de los golpes, abrí los ojos mientras le gritaba—: ¡YA ESTOY DESPIERTA, DEJA DE GOLPEARME! —Ivankov me sonrió cuando finalmente desperté.
Me dejó en el suelo y, aunque intenté mantenerme en pie, mi cuerpo tambaleó mientras el mareo persistía. Miré a mi alrededor, tratando de comprender la situación, pero todo estaba borroso y confuso; no lograba entender nada de lo que ocurría.
—O-oe, ¿qué está pasando? —¡Mugiwara-boy logró salvar a su hermano! —me dijo alegre el de cabello morado
Aquello me tomó por sorpresa, ¿cuánto tiempo estuve desmayada?, ¿fue mucho o poco? No importa, son detalles.
Busqué con la mirada al dúo de hermanos y no pude evitar sonreír al verlos tan felices; realmente tenía la esperanza de que podríamos escapar todos juntos.
—¡Ivankov!, no quiero hacerlo, pero inyéctame esas hormonas, por favor —le dije con una sonrisa decidida. Él, aunque dudoso, accedió y me administró la inyección. En un instante, una oleada de energía recorrió mi cuerpo, revitalizándome por completo.
Con Ace liberado, los aliados dieron la orden de retirada; su misión había sido cumplida.
Me muevo con velocidad por el campo de batalla aún con ese fuerte dolor en la espalda, eso me da a entender de que probablemente me rompí alguna que otra costilla. Golpeo a marines para dejar el paso libre a los piratas. Trato de evitar que estos lleguen a los más heridos y me dispongo a abrir camino para ellos.
En un momento, perdí de vista a Ace. Oí como Luffy lo llamaba y vi como el pelinegro estaba frente a Shirohige, de rodillas y agradeciéndole por haberlo hecho su hijo. No tenía que escuchar para saber que eso era lo que dijo. Y tampoco pude evitar sonreír ante esa tierna escena.
