En un vasto océano de leyendas y secretos, donde los ecos de antiguas batallas aún resuenan entre las olas, se despliega un mundo de piratas y aventuras que desafían la imaginación. Un reino donde los dioses observan desde lo alto, susurrando destin...
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¡Un especial por el cumpleaños de Trafalgar Law! ♡ 𝜗𝜚˚⋆ Se ambienta entre los dos años del Timeskip. ⋆˚࿔
Rusu, apoyada contra el mástil del barco, disfrutaba de su café con leche mientras saboreaba una rebanada de pan con queso crema. Nadie estaba afuera por el frío que hacía, pero a diferencia de sus nakamas, a Rusu le encantaba aquel clima.
La mujer miraba el horizonte pensativa. Hace un año y medio que estaba con los piratas Heart, y nunca se había sentido tan cómoda en años; sentía que realmente pertenecía a este lugar, y aquello la hacía sentir plena.
Miraba el horizonte, donde el mar se fundía con el cielo en un abrazo interminable, y en su interior, una paz crecía. No habían naves enemigas ni grandes monstruos marinos.
—Te vas a resfriar —dijo una voz detrás suyo, la misma voz ronca de su capitán Rusu lo miró sobre su hombro, y sonriendo, contestó
—: Estoy acostumbrada al frío, capi —el hombre llevaba un atuendo de invierno, unos documentos para nada sospechosos en una mano y su gorro reposado en su cabeza—. ¿Y esos documentos?
—Es de algo que tengo planeado para más adelante —contestó él con una media sonrisa burlona. Sabía de sobra que a la chica le daba curiosidad y la mataba no saber de qué se trataba
—Ja, no me dirás, ¿verdad?
—Cuando sea el momento —el ojigris se sentó al lado de la pelinegra y tomó la taza de café que ella tenía en su mano para darle un sorbo—. Yo lo hubiera hecho sin leche —dijo después de saborearlo y terminar con una cara de disconformidad
—Pues que lastima, no me gusta así—Rusu se encogió de hombros, miró el pan que tenía en la otra mano y se lo comió rápidamente; la pelinegra había empezado a aprender que no siempre era bueno hacerle bromas el capitán, pues si no: limpieza extra.
—El pan te hará mal, mujer —le dijo Law con el ceño fruncido
—No si lo comes correctamente —Rusu sonrió—. Además, no puedes privarle a toda la tripulación comer algo de pan
El hombre desvió la mirada molesto, pero a Rusu le importó poco. Agarró el gorro de su capitán y se lo colocó, mismo gorro que días atrás había arreglado y rediseñado. El hombre no objeto a esa acción, estaba acostumbrado a que la pelinegra agarrase su gorro y se lo pusiese, de la misma forma que se había acostumbrado a su insaciable –pero medido– apetito y su carácter de mierda –pero controlado–. Gracias a Rusu, de cierta manera, Law estaba aprendiendo a tener más paciencia. O por lo menos con ella.
La conversación se desvaneció hasta quedar ambos en silencio, no había mucho que decir. Pero de la nada, una pregunta pasó por la mente de Rusu
—Oe, cap —el moreno la miró—, la otra vez, hablando con Bepo, me contó que hoy, 6 de Octubre, es un día muy especial para tí —la chica sonrió—. ¿Puedo saber por qué?
