A México le encanta bailar, cada noche de viernes saliendo de su trabajo iba a un bar clásico a bailar, Chile, Perú y Argentina iban con él en ocasiones.
Con el tiempo el latinoamericano con quien salía era con el ruso. A pesar de que Rusia no era muy fan del baile le cumplía el capricho, y más si era tenía que sostener su cintura y darle vueltas a su pareja.
Pasando así varias horas de la noche bailando distintas canciones. Con cada trago qué ingeria a lo largo de la velada el eslavo se soltaba más.