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México sabe hacer artesanías de barro, las aprendió desde niño gracias a su madre.
En ferias culturales o cuando va a algún pueblito de su territorio le gusta acompañar a los artesanos a hacer esas manualidades.
Una vez, intento compartir esa actividad con su novio.
«——¿Seguro qué es así? —Cuestionó el ruso, tenía un mandil azul marino que protegía su camisa blanca de ser manchada por el barro, sus mejillas pálidas estaban con algunas manchas del material marrón.
En sus manos manchadas tenía un pedazo de arcilla mal formado, se decepcionó un poco al ver como su intento de jarrón estaba chueco y algo aplastado.
México rió al ver la creación de su amado, estaban en el jardín de la casa del latino, los rayos del sol hacían lucir al norteamericano como un ángel, los cantos de los pájaros solo aumentaban las maquinaciones del menor.
«—¿Qué se supone que es eso? —Preguntó con una sonrisa divertida.
«—Sinceramente, no lo sé —Reflexionó en la forma de la obra —. Parece que es un pato.
México volvió a carcajearse, la insinuación del euroastiático le fue tan divertida.
«—Le haría mucha competencia a Picasso. —Agregó con la misma emoción que el contrario.
«—El problema es que Picasso pintaba.
«—Entonces soy mucho mejor que él. —Infló su pecho con orgullo, por fin notó la vacija bien hecha en las piernas de su pareja —. No me presumas tu buen trabajo.
El mayor se enternecio por las mejillas rojizas, causa de la pena.
«—Creo que tu pato es muy lindo.
«—Да, bueno, será un buen blanco para jugar al tiro al blanco.
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