55 .Eres Mio.

23 7 1
                                    


*

Llegamos a la posada y la señora me mira como queriendo decirme algo pero sin decirme, y si no soy tarado, sé bien lo que intenta y no, tampoco es como que voy a hacer eso con mi hermoso Jiminie aquí, ósea las ganas están no se crean, pero yo solo digo que un beso más y exploto, ósea van dos años tampoco me juzguen.

-Aún no me creo que de verdad haya salido de ese lugar y que este contigo, Yoonie-

-Tampoco lo creo amor - dios santo de las mandarinas, me suda hasta lo que no debería y es de los puros nervios, este niño me pone mal con solo mirarme.

-Que ocurre Yoonie, estás muy rojo- no camines hacia mi Jiminie o no respondo, pero claro como aquí yo tengo que ser el valiente responsable, a quien engaño mierda ya no aguanto, en cuanto queda a medio paso de mí lo tomo de la cintura y lo acercó hasta hacer nula la distancia entre nosotros, beso sus lindos labios que me reciben con las mismas ganas- te habías tardado amor- no digo yo si este niño es el infierno y el cielo.

Roza su entrepierna con la mía, y todo lo que tengo acumulado, porque no lo puedo llamar de otra forma, se agolpa en aquel largo y duro lugar de mi cuerpo, mismo que necesito descargar en mi novio.

De a pasitos lo llevó hasta el futón y nos obligó a llegar al suelo, dado mi nivel de calentura no me tarde ni 10 segundos en tener a mi hermoso sin prenda alguna y yo pues, menos, me recorrió con la mirada y si me cohíbo un poquito porque, no soy lo que llamarían un chico fitness lo que tengo es genética.

-Yoonie, te quiero aquí- me quiere matar o hacer acabar con solo mirarme porque yo así no puedo, o sea, abrió sus hermosas piernas dejando eso a lo que quiero llegar a mi completo deleite, y no conforme se pasa el dedo como queriendo entrar, pero no, no gente yo así no puedo.

-Jiminie no seas así apiádate de mí- gateo como un bebe hasta llegar a mi destino y sin pensarlo mucho me metí todo su miembro en la boca, porque desde aquella única vez que estuvimos juntos que quería hacerlo, oigo sus suspiros y eso me dice que lo que siente le gusta.

-Yoonie...-sus manos se enredan en mi pelo mientras mi boca trabaja sobre su delicioso miembro, no hay algo en el que no sea dulce, minutos después lo siento gemir más fuerte indicio que está por acabar y si bien trata de jalarme para salir no lo haré- amor yo, ah! Yoonie ya, ya no puedo más- aumentó el ritmo y es cuando su cuerpo se tensa y deja salir todo ese que llevo amor queriendo probar desde hace mucho.

-Eres delicioso Jiminie- me mira sonrojado y avergonzado, pero si será mi esposo más le vale acostumbrarse a estas cosas, porque desde hoy no habrá día en que no lo haga mío, me lo tendrán que quitar carajo!

Subo hasta su boca, la cual beso con desespero, amo entrar en ella y recorrerla a mi gusto, meter mi lengua y mezclar nuestras salivas, bajo por su cuello, dejando marcas y mordidas suaves por todos lados, de forma poco sutil ensalivo mis dedos y tanteó su caliente entrada, misma que parece llamarme, cuando el primer dedo entra da un respingo, el segundo lo tolera aunque siente molestia, el tercero da batalla, pero luego de unos minuto de besos y mordidas lo hago olvidar.

-No sabes cuanto espere esto Jiminie- sonríe ladino y seguido muerde su labio, me acomodo entre sus piernas y ayudo a mi amigo a ubicar aquel cálido lugar, siento mi punta entrar y solo quiero hacerlo de una embestida, él solo cierra sus ojos, y disfruta como puede el sentirme dentro de él, sé que le duele por eso sacó fuerzas de algún lado y espero que él me diga cuando puedo moverme como un loco desquiciado.

-Yoonie te amo- se aferra a mi espalda y mueve lento su pelvis, y es aquí donde reconozco que pierdo un poco, mucho la cordura, porque no me dio para empezar suave, entre con todo importando muy poco los gemidos sin control de mi amado y si también su molestia, lo bese tanto que los labios por momentos me ardían, me di el gusto de ponerlo en cuatro deleitar, con lo perfecta que se ve su figura, sobre todo conmigo entrando, bese su espalda y nuca, sus gemidos eran, música, una que no me cansaré de oír- ah! ...ah! - quiero entrar más solo para oírlo gritar así un poco más.

-Jiminie te amo, te amo tanto - tenía ese cosquilleo, recorriéndome la espalda, estaba cerca de acabar, apure un poco el ritmo si es que se podía más, y entre ese vaivén deje hasta la última gota que guarde por para él, aunque siendo sinceros si me masturbe bastante, ya saben cosas de la edad y de calentura aunque muchas veces fue de pena porque lo extrañaba mucho- Jiminie-

-Eres un bestia Yoonie- salí de él y se acomodó mejor en el futón, y que les digo, mi novio es lindo, esas curvas y ese hermoso trasero que llama a ser nalgueado, pero no quiero que se enfade por hacerlo, ya saben es nuestra segunda vez, tal vez mañana lo haga, o en la ronda siguiente, por qué esto no se queda así, yo quiero dejar mi marca en todo su cuerpo, lo lamento por los vecinos, pero hoy no se duerme.

-Tu culpa por ser tan hermoso Jiminie y por provocarme-

-Cuando yo te he provocado mentiroso!?- como había extrañado esa risa juguetona de niño mimado porque eso es para mí.

-Lo hiciste, incluso ahora lo haces, me tientas con tu sonrisa amor- se acomoda y me deja una vista de infarto, de su trasero toda mi semilla está saliendo de aquel lugar y yo solo quiero echarle más, paso mi lengua por mis labios y él solo me mira como adivinando lo que pasa por mi mente.

-Yoonie?-

-No se si mañana puedas caminar amor, pero yo hoy no te doy tregua y conste que es tu culpa- me voy sobre él otra vez para dar rienda suelta a todo esto que provoca en mí este peli rosado con solo respirar- eres mío Park Jimin-

*

~Otra Historia nada Cliché~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora