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⚠️ ADVERTENCIA ⚠️
Esta novela contiene violencia, sexo explícito,lenguaje fuerte y temas para adultos.
Si no se sienten cómodos/as leeyendo,no lo hagan,esta novela esta destinada únicamente a publico maduro.
Lo que aquí se leera,es completamente ficción,nada es real, aún asi leer bajo la responsabilidad de cada persona.
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Roxana León.
—Que bueno que ya nos vamos,en cuánto lleguemos a la casa nos tiramos a dormir como troncos,al fin voy poder dormir como dios manda —le dije a mi amiga Karen.
—No,hay que salir a festejar por tu cumpleaños Roxi no seas amargada
—No,con descansar me basta además esas cosas no me gustan lo sabes
—Lamento decirles que eso no se va poder,las necesito hoy en la noche aquí porque tienen que ir a una fiesta —dijo el jefe.
—¿Y porque? ya nos toca descanso —proteste y me miró mal. —Manda a otras en nuestro lugar Oscar
— Son unos clientes muy especiales,van a pagar mucho,tienen mucho dinero
—A mí me vale madres si es el mismísimo presidente —dije molesta y Karen tomo mi mano para que no siguiera hablando y la mire negando.—No Karen no me voy a callar,no es justo,hace meses no descansamos además el prometió dejarnos libres hoy
—Tenemos que venir Roxi,ya sabes que así es esto.
—Mira,si yo les digo que vayan a un lugar ustedes obedecen,yo soy el que manda aquí además para eso ustedes están aquí,por eso trabajan aquí,por eso son mis putas así que las quiero aquí a las dies de la noche a esa hora vienen por ustedes y por las demás ¿Entendiste Roxana? si no quieres tener problemas conmigo más te vale que me obedezcas,sería muy fácil para mí mandarte abajo para que valores estar aquí y no tener que acostarte con cualquier pinche borracho por $500 pesos ¿Eso quieres? —dijo y yo negué.
—Esta bien, al rato venimos
—¿Está bien qué?
—Esta bien,jefe
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Baje de la camioneta y acomode mi gabardina antes de comenzar a caminar junto a Karen y las demás muchachas.
Ya todas estábamos listas para el servicio que daríamos, eran muy pocas las veces que haciamos servicios a domicilio.
— Hace mucho no venias a un lugar así — habló Karen mirando el gran Rancho y gire los ojos.
