Efecto Mariposa

Capitulo 4; J

El día comenzó con esa tensión eléctrica que precede a las grandes decisiones. Lara y yo sabíamos que estábamos a punto de cruzar una línea que no tenía retorno.

El objetivo era claro: infiltrarnos en la casa de mi antiguo mentor, ahora convertido en enemigo, para encontrar la caja fuerte donde guardaba el dinero las armas y los planes que podrían poner en jaque a toda la operación.

Llegamos a la casa colándonos por la ventana
Con movimientos rápidos pero meticulosos, empezamos a buscar en cada rincón de la casa.

Sabíamos que teníamos poco tiempo y que cualquier error podría costarnos caro. La búsqueda se intensificó en el estudio, donde supusimos estaría la caja fuerte.

Entre papeles, libros y planos arquitectónicos, encontramos finalmente lo que buscábamos: una caja fuerte empotrada detrás de un cuadro bastante feo de un paisaje marítimo.

Rápidamente, Lara sacó su kit de ganzúas, y mientras trabajaba, yo vigilaba la puerta, escuchando atentamente cualquier sonido que pudiera indicar que alguien se acercaba. El tic-tac de las agujas del reloj parecía más fuerte en la tensa quietud.

Finalmente, con un suave clic, la puerta de la caja fuerte se abrió, revelando no solo armas y municiones, sino también una serie de documentos y planos que eran más valiosos que cualquier arsenal.

Rápidamente, tomamos todo lo que pudimos, documentando lo necesario con nuestra cámara oculta. Justo cuando estábamos por salir del estudio, el sonido de llaves en la cerradura de la entrada nos heló la sangre. No había tiempo para disimulos. Corrimos hacia la ventana, abriéndola con cuidado para no hacer ruido y salimos al jardín trasero, deslizándonos como sombras entre los arbustos.

Una vez fuera de la casa, corrimos hacia nuestro vehículo, estacionado a unas calles de distancia. El corazón me latía a mil por hora, pero no podíamos relajarnos aún. Conduje rápidamente hacia nuestra empresa, un lugar seguro donde podríamos examinar todo con detalle.

Al llegar, di la orden estricta de no ejecutar ninguna acción ni mover a Daphne de su ubicación actual hasta que no tuviéramos claro el panorama completo. Necesitábamos entender cada detalle antes de actuar. Lara comenzó a trabajar en los documentos, buscando códigos y referencias que pudieran ser claves.

Horas más tarde, después de un análisis exhaustivo, sentí que era hora de enfrentar el último eslabón de nuestra cadena de misiones: Daphne. Ella era la pieza final en este complicado puzzle, alguien que había sido tanto víctima como pieza clave en los planes de David.

Cuando llegué al lugar donde la teníamos retenida, abrí la puerta con cautela. Allí estaba, sentada en una esquina, sus ojos enormes y hundidos reflejaban un mar de lágrimas y desesperación.

-Te dormirán te sacarán y te dejarán en tu casa como si nada hubiese pasado -negó con la cabeza -

-No quiero volver con ese hombre -dijo - Por favor, matadle -suplico-

Entre dentro y encendí los focos. Cruce los brazos.

-Tus problemas, no son mis problemas,
te recuerdo que me quisiste matar, si le quieres muerto junta las mismas agallas que tenías cuando viniste a matarme y lo matas a el. -respondí - Que nos hayas dicho dónde están las cosas, te salva de la muerte, pero no voy a usar una de las celdas en ti, así que escoge, la muerte o volver a casa.

Intento calmar su respiración y después de dejar de sollozar levantó la mirada se recogió las piernas y suspiró con cierto temblor.

-La muerte -dijo-

Eso si no me lo esperaba. Me desapoye de la pared y me acerque hacia ella sacando el cuchillo del bolsillo. La solté la muñeca y hundí su cabeza en mi pecho para que no se escuchara el grito, pase el cuchillo por la espalda hasta la altura del corazón y presione sin fuerza levemente. Su respiración era cada vez más agitada, sus manos temblaban y su cuerpo sudaba.

-Vamos, hazlo ya que nos tenemos que ir -dijo desde la puerta Kilian-

Separé el cuchillo rápidamente de su espalda y la separé para levantarme rápidamente. No levanto la mirada, tampoco espere a mirarla, salí por la puerta y cerré con tranco

-¿Que haces? ¿Porque no la has matado?

-No lo se. No puedo.

-¿Como no vas a poder? ¿Quieres que la mate yo? -negué con la cabeza - ¿por que no? ¿Que más te da?

-Tal vez nos sirva para algo mas. Vete a tu puesto, que tengo una reunión con los Salvatore ahora -asintió con la cabeza -

Termine de arreglarme la corbata subiendo por el ascensor y fui hasta la sala de reuniones donde los Salvatore esperaban a escuchar la oferta de la casa más grande que había hecho jamás.