Capitulo 9; D

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Al despertarme esa mañana, la primera sensación que experimenté fue una mezcla de sorpresa y confusión. Al girar mi cabeza hacia el lado, vi a mi amiga, aún dormida tranquilamente a mi lado.

El sonido suave pero persistente de notificaciones provenientes de mi computadora me sacó de mis pensamientos matutinos. Me estiré cuidadosamente para no despertar a Alana y me levanté de la cama, el frío del suelo hizo que me desperezara completamente. Caminé hacia el escritorio donde mi ordenador parpadeaba con la pantalla llena de alertas.

Al sentarme y despertar la pantalla, vi una avalancha de mensajes y correos electrónicos. La mayoría del mismo email que me mandaba a una dirección con unas horas y varias reglas determinadas. Estaba segura de que era Jayden.

Pero antes de sumergirme en las tareas del día, decidí preparar algo de desayuno para mí y para Alana. Mientras ponía en marcha la cafetera y cortaba algunas frutas, pensé en que excusa sería perfecta para salir durante seis horas de casa en menos de una hora.

-Buenos días -dije - Te he preparado el desayuno

-Dispara -dijo con el ceño fruncido - Nunca me harías el desayuno, quieres decirme algo, te conozco perfectamente. Dilo. -me senté a su lado -

-He quedado con alguien por la mañana, se trata de conseguir la custodia de mi madre, tal vez esté unas horas fuera, como seis o así, podrías prestarme algo de dinero para comprarme la comida.

-Claro -dijo sin problema - hay 20
euros encima de mi escritorio, cógelos. ¿Y todo esto para eso? -asentí con la cabeza - gracias supongo, por cierto ¿que hacías ayer a noche hablando cn Jayden? -preguntó -

-Solo me estaba diciendo que no le resultaba conocida, nada más -mentí - bueno iré a vestirme, gracias -la di un beso en la cabeza y subí corriendo-

Me vestí con ropa cómoda, un chandal negro de Adidas y un top blanco de tiras. Cogí una sudadera por si acaso y me hice una trenza floja para recoger el pelo, caminé hasta la dirección que ponía en el correo del teléfono y cuando llegue llame a el timbre de una enorme mansión.

-¿Puedo ayudarte en algo? -preguntó una mujer alta morena y con los ojos azules. Tenía una sonrisa acogedora lo cual significaba que probablemente me hubiese equivocado -

-¿Vive aquí Jayden?

-No, pero estará por llegar ¿quieres esperar dentro? -me abrió la puerta y me dejo entrar - acomódate, ¿cual es tu nombre? -me pregunto -

-Daphne -respondí - perdona la pregunta ¿quien es usted? -pregunte frunciendo el ceño -

-Soy la madre de Jayden. -se escucharon pasos por detrás - ah y este es mi marido, Marcos -me gire a mirarlo, me miró con una expresión seria y atenta, sabia quien era, lo que me sorprendía es que la mujer no lo supiese - Espera en el salón

-De acuerdo, gracias -camine hasta el salón y me senté a el lado de una niña que veía los dibujos mientras comía palomitas -

-¿Quieres? -sonreí y negué con la cabeza - Me llamó Helena ¿y tú?

-Daphne. -dije -

-Vamos -me llamo Jayden desde la puerta - No tienes tiempo que perder -rodé los ojos y me levante - Me sorprende tu puntualidad.

-Y a mí tu impuntualidad. Pensé que los empresarios nunca llegaban tarde a ningún lado

-Es por eso por lo que he legado tarde pero a mi respectó no tengo que darte explicaciones así que coge el arma que más te guste y sube a el coche. -dijo abriendo una caja, cogí un fusil, era ligero y silencioso. La volvió a cerrar y ando hasta el coche

-¿Y que te hace creer que no te matare? -se rio-

-No lo harás. Por que sabes que si lo haces, serás la siguiente - comentó -

Subí a el coche y me ate el cinturón antes de que empezase a conducir a más de 200 por carretera normal, presione las piernas contra el suelo para no salir volando. En cuanto llegamos se bajo y abrió la puerta dejándome pasar.

-Espero no perder mi tiempo contigo -dijo-

-Espero no perderlo yo

Efecto Mariposa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora