Capitulo 38; D

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Terminamos de subir las escaleras. Mire a el rededor pero no eran nada más que miles de habitaciones del hotel. ¿Habría reservado alguna? Su mano apretaba mi cintura tirando hacia el. Paso una tarjeta por la puerta y me dejo pasar primero. Entre dentro y mire por la ventana las vistas.

-Necesitaba descansar de la gente -sonreí y caminé hasta el y me senté sobre sus piernas en la cama. Hecho una carcajada y apoyo las manos en los lumbares. - va a salir mal.

-¿Por que? -apartó la mirada y después miró hacia abajo - ¿Y por que no?

-Daphne... Llevas 10 días sin mover un solo músculo te aseguró que ahora no quieres moverlos todos de repente

-Bueno esa es tu opinión no la mía. Estoy bien, ya ni lo siento. Y llevas poniéndome a la espera el mes entero. -le di besos por la mejilla bajando hacia el cuello - venga.

-Daphne -susurró - si te dejo, hay mil probabilidades de que después te arrepientas -negué con la cabeza - Date la vuelta. -me levante y le di la espalda.

Bajo mi cremallera con cuidado rozando mi piel y dejo caer el vestido. Paso una mano por mi abdomen desabrochando on la otra el sujetador y dejándolo caer junto a el vestido.

Apoyo una mano en la herida sin hacer presión

-Si te hago daño dímelo. -asentí -

Me dio la vuelta y me levanto del mentón besándome el cuello y bajando por el pecho. Termino de quitarse la corbata y de tirarla y me acostó en la cama poniéndose encima sin hacer peso. Termine de quitarle los botones mientras seguía chupando y mordiendo los pezones mientras manoseaba mis tetas.

Bajo dando besos por la tripa, se paró en la herida y rozó mi sexo por encima de él tenga. Arquee la espalda, pude sentir su sonrisa sin tan si quiera mirarlo, rompió el tanga

-¿Porque lo rompes? Me costaron 15 euros

-Te compraré todos los que quieras pero me estaban estorbando. Separa las piernas amor. -terminó de quitarse la camisa y hundió la cabeza en mi sexo. Mientras apretaba mis muslos que hacían de mi flujo agua. Me agarre a la almohada y abrí la boca callándome los gemidos. Su lengua trazaba círculos sobre mi clitoris. Mi cuerpo empezaba a temblar pero casi como si lo hubiese hecho aposta paro antes de que llegase a correrme.

Se levanto de la cama mientras recuperan a mis fuerzas. Cogió su chaqueta sacando un condon. Volvió a tumbarse sobre mi y metió tres dedos. Cerré los ojos con fuerza. Jayden me abrió más las piernas para poder meterlos con más facilidad.

-Relájate, estas muy apretada. Si te hago daño dímelo. -asentí -

Rompió el condon con los dedos, lo saco y se lo coloco, ni si quiera pude y quise ver lo que estaba a punto de entrar a mi, prefería que me sorprendiese. Algo tocó mi sexo y un escalofrío me recorrió el cuerpo entero.

Poco a poco sentí presión sobre mi sexo, cerré los ojos, agarro mis manos y las apretó contra la cama, no sé si me extresaba o aliviaba mas, a el final tenia algo que agarrar sin hacerme daño con las uñas. Sentí entrar una zona más gruesa, abri más las piernas y voltee la cabeza hacia un lado. Podía ase fui raro que no era como la última vez, era mas grande o por lo menos desde luego que si más gorda.

Abri los ojos, sus brazos estaban llenos de venas por la presión que hacía con mis manos. El seguía tranquilo haciéndome chupetones en la piel.

-¿Queda mucho?

-Rubia, no he llegado a la mitad. -trague saliva y apreté sus manos contra las mías-

Sentí que entro más rápido e inmediatamente arqueé la espalda, cuando pensé que no quedaba más dio una última estocada haciéndome soltar el gemido que llevaba reteniendo. Comenzó a moverse despacio, hasta que el dolor se transformó en placer y poco a poco sentí como si las paredes vaginales se empezaran a contraer haciéndome sentir el cielo.

Efecto Mariposa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora