—Sencillamente, no podemos pasar esto por alto. El Maestro ha vuelto.
—¿Y qué propones? ¿Peinar todo el planeta hasta encontrarlo? Podría estar en cualquier parte, Lily.
—Quizá podamos hacernos con la ayuda de algún clarividente. No abundan en estos tiempos, pero... ¿Hola? ¿Estás ahí?
Jade despertó sobresaltada del sueño. ¿Se acababan de dirigir a ella? Últimamente ese tipo de sueños la habían atormentado en mayor medida, sueños en los que parecía estar despierta y veía escenas que no tenían ningún tipo de sentido para ella. En ese sueño, había estado presente en una reunión entre un hombre y una mujer en un despacho desconocido para ella. Estaban hablando del Maestro, querían buscarlo. Jade se apresuró a escribir todos los detalles en el diario de libros, aunque el profesor Jee-Faint ya no estaba para analizarlo. La invadió de pronto una fuerte sensación de melancolía, aunque había terminado siendo un potencial mago oscuro, Jee-Faint había sido un buen profesor a lo largo del año escolar. No sólo la había defendido en los primeros días de clase, cuando Jade era poco más que una inadaptada social, sino que le había propuesto hacer el seguimiento de sus sueños por medio del diario para encontrar el origen de sus pesadillas. ¿Y si ese no había sido el motivo? Jade hojeó el diario muy por encima, buscando fragmentos que hicieran referencia al Maestro o a eventos demasiado confusos como para darles un sentido por sí misma. En efecto, este último sueño era el primero que hacía referencia al Maestro, pero no el primero en el que aparecían personajes a los que no conocía de nada. Esa mujer, por ejemplo, ya había sido descrita por ella misma en un par de sueños de los meses pasados. El hombre era nuevo, pero había habido otros acompañando a la mujer: un hombre enorme de facciones toscas y pelo blanco, una chica pelirroja no mucho mayor que la propia Jade...
—No me puedo creer que te hayas quedado dormida precisamente hoy. —La voz de Hermione desde el marco de la puerta la sobresaltó. Tenía los brazos en jarras y estaba algo despeinada, además de que respiraba entrecortadamente. Parecía que hubiera ido corriendo hasta ahí.
—¿Qué ocurre?
—¿Cómo? ¡Jade! —Hermione avanzó hasta la cama y le dio una colleja. —¡La ceremonia de fin de curso! ¡Está empezando!
—¡Mierda!
Jade se levantó como empujada por un resorte y echó a correr detrás de Hermione. A punto estuvo de tropezar con su túnica mientras bajaban las escaleras de los dormitorios, pero remontó el paso al llegar a la sala común.
—¡De verdad, Jade! ¡No tienes remedio! —le gritó Hermione, sofocada por la carrera.
—¿Por qué te has arriesgado a venir a buscarme? —preguntó Jade, hablando mejor que Hermione. Tenía buen cardio.
—Este es el primer—Hermione tosió varias veces—año que Gryffindor puede ganar la copa de las casas. ¡Estamos muy cerca de Slytherin!
—¿Eso es bueno?
—¡Pues claro! Nadie ha ganado a Slytherin desde el 85.
Cuando llegaron a la altura del cuarto piso, un borrón blanquecino surcó las escaleras volando y se situó a la altura de las niñas, que no dejaron de correr.
—¡Jadea y Herminia, llegando tarde! —canturreó Peeves.
—¡Cállate, Peeves! —le espetó Hermione de malas maneras.
—Peeves, no está de humor. —dijo Jade, intentando ser más amable. Peeves no atormentaba a ninguno de los legados desde que los había ayudado en la aventura del medallón. No sabía muy bien el motivo, Atwood simplemente les había contado que le debía un favor.
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Wizarding World: El Ataúd de Wiggen
FanficAtwood, Jade y Andrew son tres jóvenes de primer año en Hogwarts que pronto se percatan de que no todo es estudiar en el mundo mágico. Sombras del pasado conspiran contra las fuerzas del bien y tratan de retornar para cumplir con sus malévolos plane...