Andrew Stone quería convertirse en el mago más sabio de la historia y sus padres le decían que eso estaba bien. La familia Stone residía en un adorable chalet adosado y ninguno de sus vecinos podía imaginar que se trataba de un hogar mágico. Era habitual que magos y brujas convivieran entre muggles durante toda su vida y que los vecinos apenas se percataran en alguna ocasión de un par de luces extrañas en mitad de la noche o alguna silla de jardín que se movía sola. Casi siempre podían achacar esos sucesos al viento, a la contaminación o al gobierno. El gobierno siempre tenía la culpa de todo para los muggles y eso era algo muy conveniente para los vecinos magos.
Era un quince de julio especialmente caluroso, pero era el único día libre que sus padres habían conseguido para acudir juntos al Callejón Diagon. No había resultado sorpresiva la llegada de la carta de Hogwarts al hogar de los Stone, el pequeño Andrew había manifestado sus poderes desde muy pequeño y para cuando cumplió los seis años ya se sabía de memoria todos los cuentos populares de Beedle el Bardo. Su padre había insistido en que debían ir los tres miembros de la familia juntos a hacer las compras escolares, siguiendo la larga tradición de la familia Stone. Él trabajaba en el Ministerio de Magia, en el Departamento de Misterios, mientras que su madre era oficial del cuartel de aurores. No tenían agendas despejadas que les permitieran hacer planes a menudo, pero ese día hicieron una excepción. Habían establecido que saldrían a las diez de la mañana a través de la red flu y pasarían toda la mañana y parte de la tarde en el Callejón Diagon. Tal vez aprovecharían para comer en algún restaurante de la zona o harían turismo, en definitiva, querían pasar un día en familia. Andrew llevaba una hora esperando junto a la chimenea, con una lista detallada de todo los complementos que necesitaría para su año escolar además de la lista oficial que había recibido. Tenía sus dudas de que sus padres fueran a comprárselo todo, pero confiaba en que le comprarían la gran mayoría de caprichos. No eran caprichos en realidad, o eso se decía a sí mismo, todo era necesario para su educación. Si quería convertirse en el mejor mago de la historia debía conocer todos los hechizos, plantas mágicas y criaturas fantásticas del mundo. Era una tarea complicada, pero confiaba en que lo lograría antes de cumplir veinte años.
—Pero bueno Andrew, ¿cuánto tiempo llevas esperando? —su madre apareció vestida para la ocasión. Aún era una mujer joven y disfrutaba poniéndose vestidos juveniles con estampados veraniegos, aunque algunos complementos como la pamela para cubrirse la cabeza o el collar de piedras brillantes que colgaba de su cuello le daban toques de madurez. Andrew había sacado los ojos de su madre, de color azul cielo, y su padre decía que también había adquirido su temperamento.
—Es que no he podido dormir mucho, mamá. Tenía muchas cosas que planificar.
—Eso deberíamos hacerlo tu padre y yo, ¿no crees? —La mujer, Elizabeth, le despeinó con la mano mientras reía divertida. Andrew sólo permitía a su madre hacer eso, tenía un peinado muy cuidado en forma de tazón y le preocupaba que al frotar su pelo este pudiera perder su tono dorado. Su madre tenía el pelo castaño y su padre totalmente negro, por lo que la herencia familiar cojeaba en ese aspecto.
—¿Alguien me llama? —Su padre apareció en el salón vestido con ropas demasiado muggles. Se había cambiado sus elegantes gafas con montura de hipogrifo y ahora llevaba unas lentes enormes que estaban de moda entre los muggles. Llevaba el pelo engominado hacia atrás y se había agenciado un polo de manga corta azul claro y unas bermudas beige algo desgastadas. El modelito venía acompañado de unas sandalias con calcetines blancos demasiado horteras.
—Joseph... ¿vas a ir así vestido? —preguntó Elizabeth, cubriéndose la boca con la mano para ocultar su risa.
—Así visten los muggles durante el verano, ¿no? —Joseph parecía realmente confundido.
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Wizarding World: El Ataúd de Wiggen
FanfictionAtwood, Jade y Andrew son tres jóvenes de primer año en Hogwarts que pronto se percatan de que no todo es estudiar en el mundo mágico. Sombras del pasado conspiran contra las fuerzas del bien y tratan de retornar para cumplir con sus malévolos plane...