Atwood no se podía creer lo que veían sus ojos. El profesor Jee-Faint, no había duda. Desde sus rasgos a sus movimientos eran fieles a la imagen que había tenido del profesor durante todo el año escolar, no podía ser un engaño. Había tantas cosas que no comprendía, al igual que sus amigos a juzgar por sus caras, pero tan sólo era capaz de pensar en una pregunta.
—¿Por qué?
—Porque es mi deber, Atwood. —Le puso una mano en el hombro y sonrió con la misma sinceridad que lo había abanderado siempre. —Todos tenemos un deber en este mundo y el mío es honrar y servir al Maestro.
—¿Qué demonios está pasando? —preguntó Ron, más como una pregunta al aire que dirigida al profesor.
—Ron y Hermione, lamento que os hayáis visto involucrados en todo esto. Si lo preferís, podéis agarrar a Harry y sacarlo de aquí. Este asunto no os corresponde.
—Hacedle caso. —convino Atwood. —Por vuestro bien.
—No les digas eso, Atwood. Van a pensar que soy peligroso.
—¿No lo eres? —preguntó Andrew. —¿No has estado a punto de matarnos en varias ocasiones?
—Pero eso no implica que yo sea peligroso. Tan sólo os ponía a prueba y toda prueba suele conllevar un riesgo. Ahora mismo estáis todos a salvo.
A pesar de eso, Ron y Hermione ya estaban cargando a Harry y sacándolo de la habitación. Atwood se alegró por la decisión de los chicos, aunque se sorprendió al ver la mirada de decisión que tenía Hermione. No estaban huyendo sin más, probablemente iban a buscar ayuda. Jee-Faint sonrió divertido y negó con la cabeza.
—Haced lo que queráis. Nosotros estaremos por aquí. —les dijo mientras desaparecían al otro lado de la puerta. —Bien, creo que vosotros cuatro queréis algunas respuestas.
—Las queremos todas, a poder ser. —dijo Jade, mirando preocupada a su alrededor. Atwood siguió su mirada y comprobó que aquella extraña bruma seguía estando presente.
—Me temo que no puedo daros todas las respuestas. —Jee-Faint hizo un movimiento incómodo con la cabeza, como si un insecto se acabara de chocar contra su oído. —Mi Maestro está impaciente, pero también eufórico. Se os conceden unos minutos para conversar conmigo.
—¿Quién eres? ¿Y qué quieres de nosotros? —preguntó Atwood, mirando a sus tres amigos. ¿Realmente estaban a salvo con ese hombre?
—Soy Jee-Faint, un humilde buscador de la verdad. Vivimos en un mundo extraño y son muchos los misterios que lo rodean, para mí no hay mayor placer en la vida que alcanzar la verdad. —Miró a Andrew y se detuvo unos segundos antes de seguir hablando. El chico le devolvió la mirada, inexpresiva. —Ya no quiero nada de vosotros, al menos por ahora. Habéis seguido las pistas hasta dar con el medallón y lo habéis traído al lugar indicado.
—¿Por qué teníamos que traerlo nosotros? ¿Acaso no lo tuviste en tu poder? —Susane, que no había intervenido directamente hasta ese momento, parecía la más afectada por la situación. —Está claro que sabías donde llevarlo.
—Reconozco que esto no estaba en mis planes, pero sí en los de mi Maestro. Os he estado diciendo desde el principio que os estaba poniendo a prueba, pero en realidad ha sido Él quien así lo ha requerido.
—¿Pero por qué? —preguntó Jade. —¿Para qué nos pone a prueba?
—Porque estáis involucrados en algo de lo que ni siquiera sois conscientes. Atwood y Jade lo han estado desde su nacimiento y vosotros dos os habéis unido por asociación. —Sonrió, observando a Andrew y Susane particularmente. —Reconozco que lo vuestro ha sido una grata sorpresa.
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Wizarding World: El Ataúd de Wiggen
FanficAtwood, Jade y Andrew son tres jóvenes de primer año en Hogwarts que pronto se percatan de que no todo es estudiar en el mundo mágico. Sombras del pasado conspiran contra las fuerzas del bien y tratan de retornar para cumplir con sus malévolos plane...