Capítulo once:

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¿Porqué vivir sola es aburrido? - hablaba sola, mientras caminaba por la vereda en dirección a ningún lado.
Presenciar una escena como la de Dong Hyun. Corriendo tras un autobús, intentando alcanzar a su chofer. Viéndolo caer finalmente en la vereda; no una bella escena.
- ¿Qué fue eso? - susurré.
Lo seguí a un par de pasos más atrás. No se veía muy bien; en verdad no se encontraba bien.
Tomé mi celular y marqué su número.
- ¿Hola? - su voz se quebraba. No podría dejarlo así.
Colgué la llamada y apresuré mi paso. Llegué hasta dónde estaba y lo abracé por la espalda y él frenó de golpe.
- "Tranquilo, estoy aquí para lo que necesites" - susurré cerca de su oído.
- Hola - dijo aún en la misma posición - ¿qué haces aquí?
- No lo sé; ¿porqué estás así? - desplacé mis manos para dejar de abrazarlo.
- No me sueltes.
- Voy a acomodarme - sonreí.
Me coloqué frente a él y lo volví a abrazar; colocando mis brazos al rededor de su cintura.
- Gracias - me abrazó y nuestras cabezas quedaron pegadas.
- No agradezcas; se que hiciste esto por mi una vez. Tampoco te puedo dejar en ésta situación - me aferré un poco más a él - ¿Almorzaste?
- No; aún no llegué a mi casa.
- ¿Almuerzas conmigo?
- Necesito...
- No digas que no; por favor - me alejé y sonreí - se que no vas a almorzar cuando llegues a tu casa.
Sonrió y despeinó su cabello.
- ¿Puedo cocinar?
- No; la cocina es mi lugar y no te dejaré invadirlo - reí.
- Entonces no acepto tu invitación.
- ¿A caso quieres cocinar?
- Si; ¿puedo?
- No - reí - ¿vamos? - sujeté su mano y comencé a jalarla.
No me solté de su mano y él no pretendía hacerlo. Llegamos a la casa y comenzamos a cocinar.
Un hermoso domingo de sol y nosotros sentados en el sofá de la sala, mirando películas.
- ¿Se fue? - interrumpí el silencio.
- Si; no logré despedirme correctamente.
- ¿Porqué no lo buscas y te despides?
- Se fue de la ciudad y no se su dirección nueva.
- ¿Y tus padres no lo saben? - negó - Hablé con Robert en la mañana ...
- ¿Cuando? - se giró hacia mi exaltado.
- En la mañana; ¿qué harías si te digo que se dónde vive ahora?
- No lo sé; ¿tienes su dirección? - sus ojos se inundaron de esperanza.
- Si; pero no podemos ir ahora. Llegará en un par de horas y la boda de su madre es mañana en la mañana.
- ¿Me acompañas a verlo?
- ¿Mañana?
- Hay colegio; no importa. Iré sólo. - sonrió de lado.
- Iré; quiero ir contigo - sonreí.
- ¿Qué hora es? - miró su reloj - 23:30. Creo que es hora de irme - se puso de pie - ¿puedo pasar a tu baño?
- Subiendo las escaleras; creo que sabes dónde está.
Dejó su celular sobre el almohadón del sofá y subió las escaleras.
Comenzó a sonar; era su abuela.
- ¿Hola? - atendí la llamada.
- ¿Dónde está Dong Hyun? - se oía molesta.
- En el baño. ¿Necesita alguna cosa?
- Dile que regrese a casa; ya no es hora de andar con extraños.
- No soy extraña. Le dejaré el recado; que pase una bonita noche - colgué la llamada.
- ¿Quién era? - giré para verlo. Estaba a unos pasos de mi.
- Tu abuela. Perdón, no debí atender - devolví el celular.
- Gracias; no quería hablar con ella.
- ¿Ya te vas?
- Si...
- ¿Quieres quédate?; hay una habitación vacía. La puedes usar si quieres.
- Gracias; pero no quiero molestar más.
- No molestas, en verdad no lo haces - él asintió - ven, te enseñaré tu habitación.
Caminamos hasta el segundo piso; entramos a la habitación junto a la mía y le entregué algunas mantas.
- Gracias - sonrió y arregló su cama.
- Buenas noches - salí de la habitación; entré en la mía y me dejé caer sobre la cama - estas muy cerca y no quiero estar así. Te quiero junto a mi - hablé en susurros.
Las horas pasaban y no lograba dormir; bajé a la cocina y me lo encontré bebiendo agua junto a la nevera.
- ¿Tampoco puedes dormir? - me senté en la mesa.
- No - se sentó frente a mi - ¿porqué no puedes dormir?
- Los pensamientos no me dejan - sonreí - ¿quieres ver una película?; te ayuda a conseguir el sueño.
- Bueno - sonrió y se arrojó en el sofá.
- Yo quiero un espacio - lo miré seriamente y el río.
- Ven - jaló mi mano y me senté a su lado.
Comencé a cambiar de canales y finalmente encontré una películas de acción muy interesante.
- Duerme si quieres - susurré y él sonrió.
- No quiero - despeinó mi cabello.
- Permiso - apoyé mi cabeza en su hombro.
- No tienes que pedir permiso.
Quedamos allí por un largo tiempo en silencio. Me dormí y me desperté luego de algunas horas.
Estaba dormida apoyada en su pecho y él me abrazaba. Mi mano derecha estaba sujetada a la suya; más específicamente. Tenía mis dedos entrelazados con los suyos.
Volví a cerrar los ojos y sentí que se despertó.
- Estoy en problemas si se despierta - susurró.
- Estoy despierta - susurré.
- Me puedo ir si quieres; esto...
- No lo hagas - hablaba aún en susurros - No quiero perderte otra ves.
............
- No lo hagas - susurró - No quiero perderte otra ves.
- ¿Qué? - Robert no mentía - ¿Tú....
- Si lo hago. Se quién eres desde ayer.
- ¿Qué?
- Enojate - se puso de pie - se que lo harás y lo entiendo.
- Yo.... - quedé en silencio.
Evitó mi mirada. Me acerqué a ella y tomé su mano. Con la otra subí su rostro y me miró fijamente. Un poco obligada.
- ¡Ya enojate! - volvió a bajar la mirada.
- Mirame - no lo hizo - mirame por un segundo - no lo hizo.
La solté y la rodee con sus brazos.
- Gracias - me aferré aún más.
- ¿No te vas a enfadar?
- No tengo por que hacerlo - me alejé y sonreí feliz.
- Sólo enfadate. No tienes que alegrarte; deberías de enojarte - me miró directamente a los ojos.
- No puedo hacerlo. En verdad no puedo - evitó mi mirada y se alejó en dirección a la cocina.
- Maldita mentira - susurró
Se senté sobre la mesa. Sus piernas quedaban suspendidas en el aire.
- ¿Porqué quieres que me enfade contigo? - me acerqué y me paré frente a ella.
- Por que si; tu sabes que te enfada saber que te mentí.....
- Aún espero que tú te enfades por no haberte escuchado, cuando pasó lo de tu familia. Cuando tú me reproches eso; yo me enfadaré por esto - sonreí.
- Eso quedó en el pasado - me miró directamente a los ojos.
- Entonces esto lo dejaré en el pasado.
- No bromees; en verdad no es gracioso - bajó la mirada.
- No puedo enfadarme. Entiende que te extrañe mucho y no puedo enojarme.
- ¿Qué pasa con tu abuela...
- Se lo que hizo y eso lo arreglaré yo. Ahora hablamos de nosotros.
- Es sólo que...
- Silencio - me acerqué de golpe muy cerca de ella - sólo quiero guardar este momento y recordarlo - ella sonrió y besó la punta de mi nariz.
- Perdón por todo - hizo una pequeña sonrisa.
- No te disculpes - la abracé por la cintura y besé su frente.
- Te extrañé...
- No sabes cuando yo a ti....
Me interrumpió y me besó; correspondí.
Ella sonrió y yo sonreí. No me alejé de ella; no quería alejarme. En verdad no pretendía alejarme; sólo espero estar así con ella el mayor tiempo posible.
Comenzó a sonar mi celular.
- ¡Ahora no! - hablé aún, mientras la estaba besando. Ella sonrió y se alejó un poco.
- Atiende. Puede ser algo importante - asentí y contesté la llamada.
- ¿Hola? - me alejé de la mesa.
- ¿Dónde estás?, ¿porqué no estás en el colegio? - era mi madre molesta.
- En la casa de TN. No iré al colegio; pienso ir a visitar a Robert.
- ¿Pero no está en la ciudad verdad?
- TN sabe dónde vive e iremos a su casa...
- Pero tienes que ir al colegio...
- Hoy no. Hablamos más tarde; dile a abuela que quiero hablar con ella luego - colgué la llamada.
TN se bajó de la mesa y preparó el desayuno. Me entregó un tazón de cereales y nos sentamos nuevamente en el sofá y encendimos el televisor.

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