21: Todo es mi culpa

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Pov: Filis.

No podía creer todo lo que estaba pasando. Todo esto era una mierda, y ser consciente de que cada minuto de mi sufrimiento era totalmente mi culpa.

¿Por qué había tenido que ser tan estupido? ¿Por qué no supe valorar a la mujer de mi vida? Esa que me había estado acompañando en cada uno de mis pasos y logros, esa que me amaba con cada fibra de su ser y que fue completamente traicionada y herida por mis malditas acciones.

Ella no se lo merecía, no merecía a un idiota como yo que no hizo mas que lastimarla, y el pensamiento de que yo habia sido otro Fabian en su vida me atormentaba.

Han pasado 3 semanas desde que ella se enteró de todo yo me fui de la casa porque entendía que verme le dolía, y ya no quería causarle más dolor, era suficiente. Sobre la persona con la que engañe a Ama, la deje de ver. Me di cuenta de que fue el error más grande que he cometido en mi vida y le aclaré las cosas.

Mi vida sin Ama era vacía. Me hacía demasiada falta. Sus abrazos, sus besos, su cercanía… Incluso simplemente no tener su presencia cerca de mi me enfermaba, y todo había sido por mi maldita culpa, por ser un imbécil que no sabe controlar sus hormonas.

Toda mi familia (Y evidentemente la de Ama también, además de todos nuestros seguidores), se enteraron, y la ola de odio que estaba recibiendo no era normal. Y no me enojo por eso, se que me lo merezco. Sé que merezco que hasta mis padres me miren con decepción, porque fui un tarado y por eso perdí a la mujer de mi vida.

Me siento hundido en un pozo, en un vacío oscuro que hace que todo a mi alrededor pierda la importancia, y eso es lo que me pasa, que ya no me importa nada, es como si ahora fuera solo un cuerpo que tiene que vivir una vida que ni siquiera es vid por sus propias acciones, porque la vida no es vida sino estoy con ella. Estoy tan acostumbrado a su presencia que me hacen falta hasta sus malos humores, porque cada partícula cada célula que se mueve en su cuerpo, eso es lo que me llena de vida. Porque todo mi ser, todo lo que yo siento, lo siento por y para ella… Fuck, cuanto quisiera rebobinar todo esto como si fuera una película y nunca haberla traicionado, nunca haber cometido ese, el mayor error de mi vida.

Y entre ese pozo de oscuridad me encontraba ahora mismo, sentado en el sofá del apartamento en el que estaba viviendo, sitio al que no puedo llamar “Hogar” porque no siento ni una pizca de felicidad por estar aqui, sentado en ese sofá de mierda, completamente humillado y rodeado de paquetes de dulces que pensaba que me podrían subir el animo pero, al contrario, solo me recordaban más a ella y a como le encantaban esos dulces.

Mientras veía televisión, con los ojos rojos de tanto llorar, escuche como tocaban el timbre. No quería abrir la puerta ni hablar con nadie, así que solo me quedé callado, esperando a que la persona que estaba detrás de la puerta se cansara de tocar y diera por hecho que yo no estaba ahí. Pero eso no pasó, esa persona seguía insistiendo e insistiendo, pero yo la verdad no quería abrir la puerta, y no tenía pensado hacerlo hasta que escuche una voz familiar.

-Oscar, ya se que estas ahi.- Era Ari, gritándome desde afuera del apartamento

No la podía dejar afuera, me parecía raro que fuera ella ya que después de que paso todo lo que ya sabemos ella era una de las más molestas conmigo, pero si me hacia falta habla con ella, así viniera solo a insultarme, Ari era parte demasiado importante de mi vida y su cercanía también me hacia demasiada falta.

Suspire y por primera vez en el día me levanté de ese sofá, caminando hacia la puerta y abriendola, sonriéndole tristemente a Ari y con mucha vergüenza. Yo sabía que no estaba en buenas condiciones, mi barba estaba ya algo crecida y descuidada y mi cabello enredado, siendo sincero, también tenía 3 o 4 días sin bañarme.

Pude notar la sorpresa en su rostro al verme así, aunque su mirada era fría y no me mostraba nada que no fuera enojo y un poco de lástima. Yo siempre había sido ese tipo que se cuida, cuida su higiene y como se ve. Ese tipo que no puede pasar un día sin bañarse, ese tipo que todos los días del mundo se afeita la barba... Pero últimamente no tenía ganas de hacerlo, sentía que no tenía sentido porque no iba a estar mi mujer para decirme "Que guapo amaneciste hoy" o "Me encanta como te ves".

Ari tenia un sobre amarillo e la mano, como estos en los que la gente suele guardar documentos importantes, y solo se me quedo viendo por unos segundos.

-Hola…- Me atreví a hablar por fin, con la mirada hacia abajo.

-Hola.- Ella contesto, casi bruscamente.

Me hice a un lado para que ella pasara y lo hizo, entrando y viendo todo el desorden que había en mi apartamento. Hizo una mueca y dejó el sobre en la mesa para empezar a medio recoger la basura y paquetes que había por todas partes, si había algo que sabía de Ari es que no podía estar en un sitio que estuviera sucio o desordenado.

-Hueles a culo, Oscar.- Me dijo en tono de regaño.

Agaché la cabeza y disimuladamente olí mi camisa. Era cierto, olía muy mal, tenía que tomar un baño luego de que Ari se fuera. Ella se sentó en una silla frente a la mesa y me hizo una seña para que hiciera lo mismo. También me senté, me sentía avergonzado con ella e intimidado por la mirada seria que me estaba dando. Algo había pasado, y ese algo no era para nada bueno.

-Como est- Iba a empezar a hablar pero ella me interrumpió, acercando el sobre que había traído hacia mí.

-Ama me pidió que te entregara esto. Son los papeles de divorcio.

Sentí una punzada en el pecho cuando Ari dijo eso. Esto no podía ser verdad… Me estaba pidiendo el divorcio… La había perdido…

𝐄𝐬 𝐩𝐨𝐫 𝐭𝐢 (𝐅𝐢𝐥𝐢𝐬𝐱𝐀𝐦𝐚)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora