27: El primer partido

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Al día siguiente me tuve que levantar temprano. La mañana no fue muy interesante, simplemente todo en la casa era un caos por estar preparándonos para el primer partido.

Todas las chicas estábamos reunidas en una habitación, probandonos los uniformes que usaríamos para la competencia. Las veía a todas pasar de un lado para otro, probándose peinados y formas de ponerse la camiseta.

—¿Así me queda bien? ¿O me dejo la camisa por fuera?— Preguntó Rocío, buscando una forma que le gustara.

—Me parece que así se te ve bien, Chio— Le contestó Ren, que estaba sentada a mi lado.

—¿Ustedes creen que se así me despeine?— Preguntó Natalia, mostrándonos su coleta alta.

—No creo, te pusiste 4 kilos de gel en ese cabello, Natalia— Dijo Alana, riéndose un poco.

—Ren ¿Me acomodas el cabello aquí atrás, plis?— Pidió Vicky a Ren, quien asintió y se levantó de mi lado.

—¿Me haces una trenza?— Preguntó mi hermana, acercándose a mi.

Yo asentí y ella se puso de espaldas, sentada frente a mi. Le empecé a hacer su trenza. Yo no me había probado aún nada, la verdad no tenía ganas. Había estado toda la noche chillando y había amanecido con los ánimos por los suelos.

—¿Como te vas a peinar?— Preguntó Ari mientras yo le hacía la trenza en el cabello.

—No sé. No lo he pensado.— Contesté y ella volteó la mirada hacia mi un momento para luego devolverla a donde estaba.

—Oscar te dijo algo ¿Verdad?— Adivinó y yo solté un suspiro.

—Me pidió disculpas y que volviéramos.— Contesté, ella no parecía sorprendida.

—Y por eso estás triste...— Adivinó de nuevo.

—Mjum...— Afirmé en tono bajo, terminando de hacerle la trenza.

Ella se volteó, aún agachada frente a mi y me tomó ambas manos, acariciando estas con sus pulgares.

—¿Tu te das cuenta de que día es hoy, Amairani?... Este es el día por el que llevamos meses entrenando y esforzándonos. Es el día en el que vamos a hacer feliz no solamente a Juan y al Pibe sino a un equipo y una afición entera. Tu más que nadie sabes lo mucho que nos esforzamos por esto y el corazón que le pusimos, así que no te permito y tu tampoco deberías permitirte estar así en este momento, más bien deberías estar feliz de que hoy vamos a mostrar y a poner en práctica todo lo que nos han enseñado. No le hagas caso a eso, si quieres llorar y patalear después, eres libre de hacerlo, pero ahora no te lo permito.— Dijo ella, aún tomando mis manos.

Supe que tenía razón. No podía dejar que nuestro día y mi experiencia fueran opacadas por mi frustración. Asentí, mirando a mi hermana a los ojos.

Aunque era difícil no estar frustrada con la vida, esa frustración la iba a usar completamente para demostrar lo que me enseñaron a hacer y demostrar que no soy la pobre mujer a la que le pusieron los cuernos.

—Tienes razón...— Le dije, mirándola.

—Claro que la tengo. Y por eso tu ahora vas a sonreír y te vas a levantar, ponerte el uniforme, que te aseguro que te vas a ver perrisima y culona con él, y te vas a hacer un peinado con 10 kilos de gel como lo hizo Natalia— Dijo ella, haciéndome reír y abrazarla.

—Eres la mejor hermana del mundo, gracias...— Agradecí, sintiendo como ella acariciaba mi espalda.

—Te amo— Contestó ella con una sonrisa.

Pasaron unas horas y ya estábamos todos en el Cupra, la cancha en la que se juega la Kings League. Todos estábamos muy nerviosos en los vestuarios mientras el Pibe nos repasaba nuestra estrategia.

𝐄𝐬 𝐩𝐨𝐫 𝐭𝐢 (𝐅𝐢𝐥𝐢𝐬𝐱𝐀𝐦𝐚)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora