24: Traición

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Pov: Ama.

Hoy era el día en que volvería a Monterrey por fin. Toda la situación con Oscar me había tenido totalmente destrozada, por lo que quise alejarme de toda mi realidad y solo despejarme por un tiempo, y así lo hice.

Cuando estaba en Monterrey sentía que me asfixiaba, sentía que su recuerdo y los momentos bonitos que pasamos juntos me ahogaban, estando encerrada en esas cuatro paredes en las que vivimos todos esos años con tanta felicidad hasta que todo se fue a la mierda.

Y me jodía porque me culpaba a mí misma cuando yo sabía que yo no tenía la culpa, y toda mi familia y mis amigos me habían tratado de hacer entender eso, pero simplemente cuando amas tanto a alguien y te tienes que separar de alguna manera u otra, no puedes dejar de pensar en qué hiciste mal y en qué pudiste haber cambiado.

Simplemente quería irme, escapar de todo, de todas las personas que me veían con lástima, de todo lo que pasaba a mi alrededor y más que todo, de mi esposo.

Curioso que lo siga llamando esposo cuando sé perfectamente que tomé la decisión de separarme de él desde el momento en el que descubrí su infidelidad.

Siempre lo he dicho: Si amas a alguien, tienes que respetar a ese alguien, y respetar también es ser sincero con esa persona, y si no eres sincero y respetas tu relación, simplemente no amas. Y yo no quiero estar con alguien que no me ame, aunque me duela de esta manera tan horrible en la que me duele.

Así que con todo mi dolor me fui de nuevo a ese sitio al que creía que no iba a volver. A ese sitio en el que había vivido tantos años siendo infeliz, pero que no sabía que me iba a hacer tanta falta en estos momentos: Juárez.

Fue mi único destino para relajarme, y realmente funcionó. Sus calles, las memorias que ahí habitaban y todos los aprendizajes que me llevé ahí me tranquilizaron y me hicieron reflexionar mucho y darme cuenta de que nada de esto había sido mi culpa, de que esta mierda la estábamos viviendo porque mi esposo, el hombre al que yo elegí para estar toda mi vida, no pudo mantener su relación y no pudo respetarme y serme fiel como lo prometió en ese altar.

Sabía que no iba a poder hacer bien mi labor con Aniquiladores si estaba de la manera que estaba, por eso decidí despejarme antes de la competencia, y funcionó bastante bien, porque ahora que me encontraba en el aeropuerto, estaba mucho más tranquila. Ya mis maletas las había dado para que las montaran en el avión, así que solo estaba ahí yo sentada con Juan, Ari, mi mamá y mi papá.

Estábamos conversando todos tranquilamente. Les había pedido el favor de que nadie hablara sobre lo que pasó con Óscar, y así fue. Agradezco tener una familia Que respete mis decisiones, y mi decisión esta vez fue que no quería saber nada de él y que solo iba a lidiar yo con esto. No quería que nadie me tuviera lástima.

—Ya todo el equipo está muy emocionado por el partido— Comentó Juan, quien tenía su teléfono en la mano, revisando sus mensajes con una sonrisa.

—Yo también lo estoy, la neta me hace falta. Me hace falta entrenar.— Dije ahora yo con una sonrisa, viendo el amanecer por la enorme ventana del aeropuerto. Era muy temprano.

Todos nos quedamos callados unos segundos, mirando el amanecer. Los amaneceres siempre fueron mi hora del día favorita. Me transmitían mucha paz, y en este momento eso era lo que más necesitaba.

Pero esa paz fue interrumpida cuando volteé y por casualidad lo ví a él. Ahí estaba, a tan solo unas cuantas filas de asientos más adelante.

Al verlo todo en mi se enfrió. Mi cuerpo se tensó y mis ojos se abrieron mucho. Era Óscar, de verdad era él, y estaba ahí, tratando de esconderse de mi como una rata. Se le notaba que estaba nervioso, lo conocía demasiado para no darme cuenta, pero eso no me importaba. Lo que realmente me importaba era: ¿Que hacía aquí? ¿Acaso iba a viajar? Digo, sabía que habíamos comprado boletos para los dos antes de que pasara todo, pero pensé que no iba a tener los pantalones como para atreverse a venir a verme.

Traté de calmarme. Tal vez él solo iba a ver a los demás jugadores sin ninguna intención de molestarme a mi. Pero también era cierto que no había recibido respuesta por su parte a la solicitud de divorcio que le hice.

Respiré profundamente y tanto Juan como Ari me miraron, luego Juan volteó a ver a Ari mal. Ahí supe que ella tenía algo que ver, los conocía demasiado a los dos como para no darme cuenta.

—Ari ¿Me acompañas al baño?— Pregunté, mirándola un poco mal.

Me molestaba que ella tomara decisiones sobre mi vida sin consultarme, y me iba a tener que contar qué chingados fue lo que hizo.

—E- Em... Okay...— Contestó ella nerviosamente.

Juan la miraba con el ceño un poco fruncido y mis papás solo hablaban entre ellos, por lo que Ari y yo nos dirigimos al baño, que gracias a Dios estaba vacío.

Al llegar la miré a los ojos, ella evitaba mi mirada. Me estaba escondiendo algo.

—¿Tu le dijiste que viniera?— Pregunté, segura de que ella sabía a lo que me refería.

No contestó, solo se quedó en silencio, apartando la mirada de mi. Yo me pasé la mano por la cara, volviendo a preguntar ahora con más enojo y en un tono de voz más alto.

—¿¡Le dijiste que viniera o no, Abril!?

—¡Él estaba muy mal!— Se excusó.

La ira subió a mi. Él había sido el que decidió engañarme y yo me tuve que ir de viaje para pasar mi dolor alejada de todo el mundo. Ella no tenía derecho de elegir la felicidad de él, que fue el que la cagó, ante la mía.

—¿¡Y tu crees que yo no estoy mal!? ¿¡Crees que no me duele!? ¿¡Crees que no atraso todo lo que había avanzado sin él al tenerlo cerca!?— Casi grité, sintiendo como las lágrimas se acumulaban en mis ojos. Me sentía traicionada.— No tenían ningún derecho de hacer eso Abril... No lo tenías...

Todo se quedó en silencio unos segundos, en los que solo se oían mis sollozos. Luego ella soltó un suspiro y tomó mi mano.

—Lo siento, creí que era lo correcto... No quise hacerte daño, tu sabes que nunca he querido eso... Solo... Me duele que estén así...— Dijo ella, abrazándome, abrazo al que correspondí entre lágrimas.— No le hagas caso, solo no le des atención... Te vamos a ayudar a distraerte.

Asentí y la seguí abrazando y llorando. Necesitaba desahogarme. Cuando me sentí mas tranquila me lavé la cara y salimos del baño. Pude sentir la mirada de Óscar sobre mi, eso me helaba la sangre.

Definitivamente iba a ser un viraje muy largo.

𝐄𝐬 𝐩𝐨𝐫 𝐭𝐢 (𝐅𝐢𝐥𝐢𝐬𝐱𝐀𝐦𝐚)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora