La búsqueda y la venganza.

Bestias al final de cuentas.

JENNIE

Una brisa refrescante golpeó con fuerza haciendo que comenzará a despertar, mi cuerpo es cubierto solo mi ropa interior. Aquí en Tailandia hace un calor increíble, tanto que por las noches dejo las puertas del balcón abiertas.

Bostecé mientras estiraba mi cuerpo, Rosie siempre dice que parezco un lindo gato recién despierto que comienza a estirar sus pequeñas patas, me incorpore sentándome en la orilla de la cama. El viento es realmente exquisito, tengo unas ganas enormes de ir a la playa y refrescarme.

Me dirigí al baño con entusiasmo y una sonrisa formada en mis labios a colocarme un lindo bikini de dos piezas. Negro por supuesto, tome una toalla y con prisa salí de la enorme casa para dirigirme al mar. Por un momento me detuve a pensar.

Quizás me incomodaría demasiado el hecho de estar bajo las miradas de los hombres de la familia Manobal, quiero decir, aunque ninguno en ningún momento nos a mirado con morbo a Rosé o a mí. De igual forma sería bastante incomodo para mí, lo único que sé me ocurre es ir a la única zona donde no hay ni un alma, aunque eso implica cruzar miradas con las bestias. Aún así el espacio es enorme como para que se molesten o algo por estilo.

-¡Al diablo!- Musite divertida y me encamine a esa parte de la isla.

El día está muy bonito, el cielo está repleto de nubes, me encanta.

Me fui a unos veinte metros de distancia de la casa de las bestias y entre animada al agua, esta perfecta. Me mantuve un rato nadando, totalmente relajada hasta que decidí salir y encaminarme a tomar la toalla pero ¡Oh sorpresa! Un enorme dobermann de la nada se hizo presente, durante todo el tiempo aquí jamás lo había visto, soy cociente de los pequeños perros de la señora Chitthip pero no sabía de la existencia de este enorme e intimidante amigo.

-Hola bonito..- Me quede estática, el perro hizo el amago de caminar hacia a mí- quieto..- estire mis brazos y manos hacia adelante- que bonito..- Mi voz sale más nerviosa tras la cercanía del animal

Cuando lo tuve a menos de tres metros por instinto corrí hacia el agua pero para mi desgracia el perro corrió tras de mí, gire con brusquedad y el animal salto encima de mí, no pude evitar gritar horrorizada. Temí lo peor pero el perro solo comenzó a dar grandes lamidas a mi rostro mientras movía su cola.

-¡Love!- Se escucho, gire para ver de donde venía aquel llamado, el perro salió corriendo

Me puse de pie y salí del agua, no me fuí tan profundo ya que el animal me alcanzó primero, tome la toalla y comencé a secar mi cabello mientras veía al animal llegar animado a su dueña, Lisa.

La más alta me miraba con diversión en los ojos, puedo jurar que esta contnedinedo su risa por creer que aquel perro me iba a comer. Fruncí el ceño y me encamine hacia su dirección.

Creí que portaba un short pero no, solo esta en bóxer y un top, puedo notar las nuevas cicatrices en su cuerpo. Su abdominales tan tonificados, sus piernas y esos brazos, me sorprende lo hermosa que es, a pesar de que su cuerpo esta muy bien trabajado y con algunas marcas. Tiene ese dejo de feminidad, de fragilidad.

-No muerde- Hablo sacándome de mis pensamientos impuros

La mire y tenia dibujada un leve sonrisa, me sostuvo la mirada un par de segundos para luego bajarla y mirar a su mascota que disfrutaba de las caricias de su ama.

-Lo siento-Dije avergonzada- creí que me iba a comer o algo así, fácilmente podría hacerlo- Lo mire desconfiada, mi contraria sólo comenzó a reír

Imagino que por su risa salió Jisoo mirándo confundida a su hermana, son un par de desvergonzadas, no es lo mismo llevar un traje de baño o un short deportivo a solo andar en bóxers. Además, se nota lo ajustados que son.