Dejamos ir un amor

310 27 6
                                        

ROSÉ

- ¿Aún no hay noticias de ninguna? - Pregunté por milésima vez a la señora Chitthip

No creí que fueran a comportarse así, honestamente yo esperaba a que enloquecieran de rabia y nos buscarán para "explicarnos" como tanto alegaban. Pero a cambio decidieron simplemente desaparecer sin ningún rastro.

La única señal de vida de ambas fue a las dos de la mañana, Jisoo me llamó completamente borracha y puedo apostar que hasta intoxicada estaba. De pronto me hablaba como niña a punto de romper en llanto y en cuestión de segundos parecía hacer rabieta, apenas y podía comprender lo que me decía. Así que no recuerdo mucho por lo mismo, salvo al último que dijo que me ama y que no podía vivir más sin mí y de fondo a Lisa gritándole "¡Chu!, ¡hay una rubia candente aquí!. Que por cierto siento como me duele la boca del estómago solo de recordarlo.

Pero tengo que admitir que lo que me genera más miedo y conflicto, fueron las últimas palabras de Jisoo ya que a partir de ese momento se corto la llamada y ya no hemos vuelto a saber nada de ninguna.

- ¿A caso las cree capaces de atentar contra su vida o algo así? - Inquirí muy en desacuerdo con esa idea - no se ve que ellas piensen así, se ven demasiado..

- Frías y poco vulnerables - Dice la señora Chitthip y no hago más que sonreír y asentir apenada - lo sé - suspira con un dejo de tristeza y angustia - mis hijas se han encargado de formar durante años esa apariencia fría y hostil, indiferente y poco amigable. Pero no siempre fueron así - Aclaro con otro suspiro

- ¿Entonces? - Pregunta Jennie

- No voy a negar que siempre han sido impulsivas, siempre causaron problemas en la escuela hasta terminar la preparatoria - Esta vez sonrió ampliamente - soñaban con seguir los pasos de su padre. Mi amado Marco, y no puedo decir que yo estuve de acuerdo siempre. Me opuse desde el primer momento en que ambas comenzaban a manifestar esa idea - Nego - pero ni mi esposo ni yo pudimos llevarles la contraria nunca, no son malas hijas ni malas hermanas. Mi esposo forjó en ambas un carácter fuerte y arrogante, las engrío demasiado y no voy a negarlo. Además ustedes han sido testigos de su soberbia y altivez de ambas - Suelta una risa que Jennie y yo acompañamos

- Pero incluso con ese carácter y lo arrogantes y soberbias que puedan ser. Son buenas personas, o eso creímos. No entendemos por qué decidieron mentirnos - Reproche

- Ellas no mienten por muy difícil de creer que sea - Interviene Ernesto y las tres lo volteamos a ver - Disculpen que me meta, es algo grosero de mi parte. Pero llevo toda la vida trabajando para la familia y prácticamente vi crecer a ese par y me atrevo a decir que yo también participe en lo que hoy en día son - Reveló

- Ernesto, Amir, Jacobo y Lee les enseñaron a pelear, les enseñaron a sobrevivir, a cuidarse entre ellas. Mi esposo hizo lo mismo pero a su manera - Explicó en breve la señora Chitthip

- Eso es correcto, ellas siempre tienen un motivo para hacer lo que hacen y más cuando salen dañadas terceras personas. Lo que menos quieren es involucrar a terceros pero sino hay de otra solo hacen lo que tienen que hacer y punto, sino es mucha indiscreción. ¿Qué se supone que hicieron? - Pregunta con cuidado el hombre

La señora Chitthip nos voltea a ver a Jennie y a mí, solo le dijimos que nos engañaron y que Lisa resultó tener un hijo. No explicamos nada más, les contamos lo ocurrido a detalle y ambos se miraron entre sí con una sonrisa.

- La familia Pyeon han sido amigos de los Manobal toda la vida. Las señoritas Yea-ji y Yoo-Jung son las mejores amigas de la secundaria y preparatoria de Jisoo y Lisa - Explicó Ernesto

La búsqueda y la venganza. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora