LISA
Creo que las cosas están mejorando, aunque lentamente. Ha pasado una semana más, y Jennie acaba de cumplir cuatro meses de embarazo. Ambas creemos que ya es hora de hablar con sus padres y mi madre, aunque, sinceramente, no estoy emocionada por la idea. Los padres de Jennie están furiosos, especialmente el señor Kim. Pero, honestamente, lo que ese tipo piense me importa una mierda.
He estado siguiendo el consejo de Namjoon, obedeciendo como un perro fiel a todo lo que Jennie dice. No hay besos más allá de un roce en la mejilla, y siempre soy yo la que da el paso. No pasa nada más, y aunque estoy tratando de mantener la calma, siento que no aguantaré mucho más. Un mes sin sexo… eso es una tortura para mí. Pero claro, esto no se trata solo de mí, y lo sé bien.
Jennie finalmente termina de alistarse y baja por las escaleras. Cada paso que da es pura sensualidad, pura elegancia. Mi novia es la mujer más hermosa que he visto en mi vida, y no puedo dejar de admirarla. Me acerqué rápidamente para ayudarla a terminar de bajar los últimos escalones.
—Gracias —dijo, sonriéndome de esa manera que hace que todo valga la pena. Al menos ahora me sonríe, y esa sonrisa es todo para mí.
¿Quién lo diría? Una bestia como yo, completamente enamorada de nuevo.
—Estás hermosa —le dije, sin poder evitarlo. Era una verdad absoluta, y algo de coqueteo tampoco le venía mal.
—Gracias —respondió, pero enseguida cambió de tema, como siempre—. ¿Ya hablaste con tu madre?
Odié cuando soltó mi mano justo después de preguntarlo, pero me lo guardé. No era el momento de quejarme por cosas pequeñas.
—No hace falta. Ya le dije que íbamos a ir, y me confirmó que estarán en casa hasta la noche. Está todo bajo control —expliqué, tomando las llaves de la camioneta.
Salimos juntas, y aunque Jennie apenas y tiene una pequeña pancita que casi parece que solo acaba de comer un poco de más, la ayudé a subir al asiento. Me tomé el tiempo de colocarle el cinturón de seguridad, algo que me gustaba hacer, aunque ella siempre me lanzara esa mirada de "no soy una niña". Pero bueno, me hacía sentir que aún podía cuidarla.
Cerré la puerta y di la vuelta para subir a mi asiento. Al encender el motor, el sonido me calmó un poco, como si por un momento el ruido del mundo exterior se apagara. Conduje en silencio al principio, concentrada en la carretera, pero mis pensamientos no dejaban de dar vueltas. Jennie no decía nada, mirando por la ventana mientras yo trataba de enfocarme en el camino.
Cada tanto la miraba de reojo, queriendo romper ese silencio con algo, cualquier cosa, pero sabiendo que si presionaba demasiado podría retroceder lo poco que habíamos avanzado. Así que, por ahora, conducir y estar a su lado tendría que ser suficiente.
O eso creí, hasta que Jennie rompió el silencio de una manera que me descolocó por completo.
—¿No han tenido noticias de Sahir? —preguntó de repente, sin mirarme. Mantuvo su mirada fija en la ventana, como si la respuesta no importara tanto, aunque yo sabía que sí. No me molesté en mirarla tampoco; mantuve mis ojos en la autopista, pero mi cuerpo se tensó al instante.
—Ese hombre ya está muerto —respondí, sin rodeos.
Era la verdad. Una semana después del desastre que Jisoo y yo armamos, Namjoon nos había dicho que lo tenía.
—¿¡Cómo!? —exclamó Jennie, girándose hacia mí de golpe, sorprendida.
Sabía que tendría que darle una explicación. No podía dejarlo ahí sin más, pero tampoco quería entrar en detalles que la alteraran. Mantuve la calma, mi voz firme mientras continuaba conduciendo.
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La búsqueda y la venganza.
ActionLisa junto con su hermana Jisoo, está última es mayor tan solo por unos meses, ambas con dieciocho años deciden entrar al ejército militar de los estados unidos y seguir los pasos de su padre el General Marco Manobal. Ambas hermanas destacaron por...