Kazuma Satou es un adolescente sin nada de especial que murió en un accidente.
En el limbo la diosa Aqua le da la opción de ir a un mundo diferente al suyo, parecido a los RPGS.
Su misión sería derrotar al Rey Demonio, para lograrlo el podría llevar...
En un pueblo de nombre Xerg, que su principal destaque es que está en medio de una zona de puras montañas nevadas, me encontraba yo dentro de una taberna.
Parada delante del sujeto a quien buscaba, empecé mi petición.
— He venido aquí porque deseo que me enseñe más sobre la alquimia, se lo ruego!
Arrodillándome en el piso le supliqué al vejete delante mío que según rumores es un maestro alquimista.
Ya entiendo porque lo llaman rata, es un enano con cara de roedor.
— Ammm.
— ¡Si quiere puedo trabajar como pago!, ¡pero de verdad quiero aprender más y más!
Junte ambas palmas para que me aceptara, los rumores dicen que es muy difícil que te enseñe, más porque domina el flujo de la energía como ningún otro.
— Señorita...
— Soy capaz, en serio, soy una prodigio, necesito un buen maestro de mi nivel, y dijeron que usted lo era.
— Señorita...
— Porfis- junte las palmas de mis manos.
— Señorita!, ¡Yo no soy a quien busca!
— ... ª, pero si parece una rata.
Con una vena en la frente, el vejete me dio un fuerte puñetazo en la cabeza que me dejó un chichón, mierda, podrá no parecerlo, pero su fuerza es increíble.
Salí decepcionada mientras suspiraba, tuve que pagar mucho para venir segura aquí, tendría que trabajar unos meses para volver.
Ahora que lo pienso... no tengo plata para el hospedaje.... Y apenas tengo algo para comer, sip, estoy jodida.
¿Que es lo más barato por aquí?, carne seca... no quiero carne seca, quiero sopa.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— *suspiro* Una joven aventurera novata en un lugar frío como este... ¿será este el inicio de una aventura épica con romance de por medio?- susurre para mi misma.
— Este no es el lugar indicado.
— ¿Eh?
Confundida por escuchar una voz algo gruesa y seca, miró a los lados sin encontrar nada, para luego mirar debajo mío, encontrando... una rata.
Una rata negra, parada en dos patas, vistiendo un kimono, apoyándose en un bastón, usando lentes de sol y fumando con una mini pipa.
— Ugh.
— ¿Qué clase de reacción es esa?, mocosa.
— Ay perdón, es que es la primera vez que veo una rata que habla, ¿no tienes familiares por Belserg o si?
