FAVORITE CRIME

10. Plan de escape

Amelia.

El cielo estaba oscureciendo, las estrellas se empezaban a notar. Estaba anocheciendo.

Lo raro era que estábamos solas en la cabaña, solo todas las chicas, y Noah, que según el estaba encargado de cuidarnos.

Al no tener nada que hacer todas decidimos preparar la cena. Cómo los viejos tiempos.

Fue todo un caos, decidimos hornear pizza, estábamos todas llenas de harina, pero fue muy divertido, me hizo sentir como si estuviéramos en la casa de cualquiera de nosotras, riéndonos y disfrutando de nuestra compañia.

—¿Hace cuánto empezaste a tener una relación con Thiago, mel?— Pregunto Sarah con curiosidad cuando metimos la pizza al horno.

—No tiene mucho, se me hizo atractivo desde que lo ví en el sótano y cuando ya estuve aquí arriba me enteré que me tocaba dormir con el. No tenía ninguna intención de tener algo que con el, pero cuando lo ví sin playera justo antes de dormir cambie drásticamente de opinion—contesto ella con una sonrisa en el rostro.

Todas reímos ante su confesión, sabíamos que Melanie era la más atrevida de nosotras, no nos sorprendía que su "historia de amor" con Thiago hubiera empezado así.

—Y como saben, siempre soy muy  directa—Continuo Melanie—Un día le dije que le tenia ganas y... Bueno paso. No sé si podemos llamarlo una relación oficial, porque aún no me ha preguntado si quiero ser su novia, solo tenemos sexo. Pero cada vez que me dice "princesa" puedo sentir mariposas en el estómago.

—No puedo imaginar de que platican, jamás lo he visto sonreír y se me es extraño pensar en el siendo amable con alguien—dijo Judith arrugando la nariz con confusión.

—Casi no hablamos, nos entretenemos en otras cosas... Y creeme no es nada amable conmigo.—dijo con un tono juguetón.

Seguimos charlando entre risas y con la vista de Noah en nosotras.

Después de un rato se escucho el sonido de un auto estacionarse fuera de la cabaña, la puerta se abrió dejando pasar a los cuatro chicos al mismo tiempo que el cronómetro del horno empezó a sonar indicando que la pizza estaba lista.

—La cena está lista— comentó Lauren con una sonrisa en el rostro.

Nos sentamos alrededor de la mesa, rodeados del delicioso aroma de la pizza recién horneada. Sin embargo, el ambiente estaba cargado de un incómodo silencio.

Nadie decía una palabra, todos comían con la cabeza baja, sumidos en sus propios pensamientos. Me sentía incómoda con la situación, cada movimiento parecía ser observado, cada masticación parecía resonar en el silencio.

Decidí romper el hielo y saqué el primer tema de conversación que se me ocurrió.

—Noah —llamé su atención, y con ella, la de todos los demás—, ¿te puedo pedir algo?

Noah levantó la vista, sorprendido por mi pregunta, pero respondió con una sonrisa amable.

—Sí, claro. ¿Qué necesitas?

—¿Podemos ir mañana al centro comercial?— pregunte, esperando una respuesta positiva.

—¿¡Al centro comercial?! ¿¡Te llevan a un centro comercial?!— exclamó Melanie sorprendida.

—Si, por supuesto que te puedo llevar amy— Noah ignoro la pregunta de Melanie para contestarme con una sonrisa en el rostro.

—¿Que beneficio tiene ella que no tengamos nosotras para que a ella si la lleven a un centro comercial?—Pregunto Melanie, su voz llena de enojo.