Extra I: El cuarteto de los maniaticos.

68 5 0
                                    

Amelia.

Sarah y yo estábamos recostadas en el sillón de la sala. Estábamos llenas de aburrimiento.

No había casi nadie en la cabaña, solo nosotras dos, Liam y james.

Noah había salido a una de sus misiones criminales de las cuales prefería no enterarme nada. Y claramente los demás como parte del grupo también habían ido. Pero seguían con no dejarnos solas, así que nuestros niñeros el día de hoy eran James y Liam.

¿Realmente estábamos condenadas a esto de por vida?

Mientras terminabamos de pasar el esmalte de uñas por encima de estás una última vez, Liam y James se acercaron a nosotras.

—¿Quieren hacer algo divertido?— Pregunto Liam con entusiasmo.

—¿A qué te refieres con "divertido", bebé?—Le cuestionó Sarah. Las dos lo estábamos mirando con confusión.

—Podemos ir a la ciudad. No sé, a relajarnos un poco.—Expico James.

—¿Le pidieron permiso a noah?—les pregunté, a lo que los dos se quedaron callados.

—¿Eso que no va en contra de las reglas? Digo se supone que están aquí para cuidarnos de no huir y no sé que tanta mierda—dijo Sarah llena de confusión.

Liam y James se quedaron callados, tenían cierta mirada de miedo.

—Por favor, Amelia, no le digas a Noah que sugerimos esto, si se entera que...—los interrumpí antes de que siguieran.

—A la mierda las reglas—Conteste con una sonrisa de diversión en el rostro. Me levanté del sofá, y agarre las llaves del Tesla de Noah que estaban en una mesita al lado de la puerta—Noah dijo que todo lo de el era mío así que podemos irnos en su auto.

Rápidamente todos me siguieron a la salida.

—James—llame su atención.—Tu manejas—Le di las llaves del auto.—Por favor, no nos mates—todos reímos.

Mi idea era manejar yo, pero no tenía ni idea de a dónde nos querian llevar estos maniaticos.

Una vez arriba del coche me dí cuenta que fue una pésima idea darle el control de manejar a James. Manejaba con una velocidad exageradamente rápida.

Podía sentir que en cualquier momento nos íbamos a estrellar.

Finalmente el auto se estacionó frente a un ¿Parque de trampolines?

—¿Parque de trampolines?—Sarah repitió con escepticismo mientras nos deteníamos en las instalaciones.

—¿En serio, James? ¿Éste es tu gran plan?—pregunte. James sonrió con orgullo.

—¡Sí! Pensé que a todos nos vendría bien un poco de adrenalina. Además, ¡será como si fuéramos niños otra vez!, aquellos que jugaban en el parque.—La voz de James estaba llena de emocion. Liam se frotó las manos con entusiasmo.

—Cuenta conmigo, me encanta esto.— acepto Liam. Yo dudé, mi torpeza interior se enloqueció ante la idea de agitarme sobre resortes.

Pero la emoción de los demás era contagiosa, así que respiré hondo y acepté intentarlo.

Cuando salimos del auto, el tamaño del parque de trampolines me dejó sin aliento. Era un complejo en expansión con filas y filas de trampolines interconectados, imponentes fosos de espuma y coloridas pistas de obstáculos.

De repente me sentí pequeña en comparación con las enormes instalaciones.

James me miró expectante mientras nos acercábamos a la entrada.

FAVORITE CRIME Donde viven las historias. Descúbrelo ahora