FAVORITE CRIME

24. Cumpleaños.

Advertencia ⚠️ Este capítulo contiene contenido sexual, no es tan explícito pero queda bajo responsabilidad de cada quien leerlo.

Amelia

Me desperte sobresaltada; la insistente
vibración de un teléfono atravesó la silenciosa oscuridad de la habitación.

¿Un teléfono celular? ¿En la casa? No había visto en ningún momento que Noah usará uno en los dos días que llevábamos aquí.

Me levanté de la cama para buscarlo, fue hasta que abrí la cajonera de alado que lo encontré.

Podía utilizar el teléfono para marcarle a mis padres o a la policía, pero no quise hacerlo, prefiero pensar que fue porque no recordaba el número de mis padres pero en realidad sabía que era porqué aún no me quería ir de los brazos de Noah.

Finalmente conteste la llamada.

—¿Hola?—murmure en el teléfono.

—¿Amelia? ¿Eres tú?—preguntó una voz de mujer, sonando vagamente familiar.

—Lo soy—respondí, mi cerebro despertando lentamente.—¿Quién es?—

—Katherine. La madre de Noah. Me alegro mucho de que seas tu quien contesté.

—Oh, hola Katherine, un placer saludarla.

—Querida, marco desde el hospital. ¿Estará mi hijo por ahí?

—Esta dormido ¿Gusta que lo despierte?

—Oh, no, no, querida, solo deseale un feliz cumpleaños de mi parte

—¿Qué... cumpleaños?— farfulle, completamente sorprendida.—Noah no me mencionó nada...

Katherine se rió.

—¡Por supuesto que no! Los chicos a veces son muy testaduros. Le dije que no lo olvidara, pero...

—Está bien, está bien—interrumpí, sintiéndome a la vez divertida y molesta.—Me aseguraré de que sepa que le mandaste tus felicitaciones y de que tenga un buen día, no te preocupes.

—Gracias, querida. ¡Eres una dulzura! Sabía que podía contar contigo.

Desperte a Noah con una sacudida y sus ojos brillaron de irritación.

—¡Despierta! Acabo de hablar por teléfono con tu madre—siseó, todavía furiosa.—Ella me dijo que es tu cumpleaños. Feliz cumpleaños, por cierto. Aunque debo decir que estoy un poco decepcionada, no me lo contaste.

Noah se frotó los ojos, con una expresión confusa en su rostro.

—No te enojes, mi sol, solo que no le di tanta importancia.—Me cruce de brazos, mirándolo mal.

—¿Cómo no va hacer importante? Es tu cumpleaños, Te estás haciendo viejo. ¿Sabías que tu mamá llamó para recordármelo? Porque aparentemente, estoy a cargo de asegurarme de que tengas un buen cumpleaños. Y ni siquiera pude comprarte un regalo porque no me dijiste que era tu cumpleaños.—le reclamé alterada pero a la vez divertida.

Noah se sentó, con una sonrisa traviesa extendiéndose por su rostro.

—Bueno, si es por un regalo.—Se detuvo sugestivamente, alcanzandome.—Te daré una sugerencia del mejor regalo que podrías darme.—murmuró, sus labios rozando mi oreja.—El mejor regalo que me podrías dar es hacerme el amor todo el dia.