En la reunión que habían tenido con todos los miembros de la parrilla presentaron a dos nuevos pilotos: Max Verstappen y Charles Leclerc. Sergio sonrió sinceramente porque al verlos de pie en el escenario improvisado, solo le recordaban a él cuando llegó hasta esas estancias. Se sentía tímido, ansioso, pequeño e intimidado, no podía evitar pensar en que los chicos se encontraban de la misma manera. Aunque, Max se había erguido y no bajaba la mirada, al parecer él era alguien muy seguro de sí mismo, pero su amigo no, este mordía su labio inferior y evitaba mirar directamente a alguno de los demás pilotos.
La reunión había terminado no sin antes anunciar las escuderías a las que cada uno había sido ascendido: Charles estaría en Ferrari y Max, sorpresivamente sería su compañero. Al parecer Mark Webber ya no renovaría su contrato, dejándole un vacío porque se había encariñado del que en pocas semanas sería su ex compañero. Sus razones habrá de tener para no querer continuar en el mundo del automovilismo.
Charles Leclerc, el chico que se había mostrado tímido y reservado, corrió hacia él desconcertándolo porque en el momento en el que abrió la boca parecía todo lo contrario a una persona de pocas palabras.
—¡Mucho gusto, señor Pérez! Mi nombre es Charles Leclerc y no pude evitar acercarme para expresar lo emocionado que estoy de ser parte de la familia de la Fórmula 1. —Empezó a decir. —Es un honor estar en la misma categoría que usted, lo admiro mucho. —Sonrió grande y sin previo aviso le tomó de la mano, estrechándola con fervor.
Sergio confundido pero enternecido por la exaltación del chico, no pudo evitar devolverle la sonrisa.
—Me siento halagado, espero que durante esta nueva etapa de tu vida como piloto puedas aprender cosas nuevas.
—¡Claro que sí! Esperaba que usted me ayudara, tiene mucha experiencia.
—Sin duda podría darte un par de consejos, pero del que tendrás que aprender es de tu compañero. —Le acarició el cabello, alborotándolo en modo de juego. —Mi Carlos es un excelente maestro, tiene la misma experiencia, así es que no dudo que aprenderás del mejor.
Charles le dedicó una media sonrisa.
—Hablando del señor Sainz, acabo de recordar que no me he presentado con él. —Mencionó en voz baja, rascando su cabeza con nerviosismo. Había escuchado que el hombre era muy serio.
—Sé lo que estás pensando, Carlos puede ser duro al principio, pero cuando se acostumbra hasta te hace bromas. —Se cruzó de brazos riendo, recordando todas las veces que le había hecho pasar por ese tipo de situaciones.
El monegasco asintió no muy convencido y viendo hacia la dirección en donde se encontraba su novio se dirigió hacia él no sin antes despedirse.
—Ay, Carlos. No vayas a ser tan pesado con el niño. —Mencionó para él mismo; observando cómo Charles se acercaba sin ninguna pizca de confianza como lo había hecho con él.
—¡Ey, Checo! Por fin te encuentro. —Christian Horner llegó y se puso a su lado, con él venía Max. —Espero y cuides muy bien a mi muchacho. —Le palmeó el pecho al ojiazul, cosa que no le gustó mucho.
—Descuida, Christian. Tú sabes que está en buenas manos. —Observó a su nuevo compañero y no pudo evitar agachar la cabeza y sonrojarse cuando hicieron contacto visual, la mirada del neerlandés era profunda.
—Bien, los dejo para que se conozcan, tengo un par de papeles que poner en orden. —Mencionó agitado, tratando de mantener su cuerpo al lado de ellos, pero en realidad ya estaba un poco alejado, demostrando lo apurado que estaba.
Un silencio incómodo era lo que habían obtenido luego de la partida de su jefe. Sergio podía ser mayor pero no podía evitar sentirse intimidado por el más joven, lo peor es que su altura lo ayudaba demasiado.
ESTÁS LEYENDO
𝐒𝐎𝐌𝐄𝐓𝐇𝐈𝐍𝐆
FanfictionCarlos Sainz y Sergio Pérez han terminado su relación, por lo que los periodistas han estado como buitres esperando una declaración la cual no han obtenido por dos semanas. Hasta que llega el día.