La llamada que Sergio iba a hacer, se vio interrumpida por el mensaje de su jefe. El "Tenemos que hablar, ven aquí de inmediato", hizo que su estómago se revolviera. Sabía que lo estaba citando a una reunión para hablar lo que había sucedido la noche anterior con Max. Sabía que esto también se vendría, pero no tenía en mente que sería justo el día siguiente, no. Se imaginó que sería una semana después o unos días antes de la próxima carrera.
Max iba a ser regañado por su culpa, por haberse dejado llevar por los manipuladores ojos azules, por el calor corporal de su compañero y sobre todo, por el escalofrío que recorrió su cuerpo luego que el aliento del menor chocara contra su oreja cuando este se había inclinado para susurrarle esas palabras, que para su defensa, lo estaban tentando.
¿Debería dejar de tratar de convencerse que ese beso en el club no solo había sido su culpa? Sí.
¿Debería de estar en camino hacia la oficina de su jefe y así hacer que este no esté más molesto de lo que probablemente ya lo está? Definitivamente sí.
Buscó a toda prisa las llaves del auto y se dirigió hacia el ascensor, el cual lo dejaría en el aparcamiento.
Cuando llegó al edificio, divisó el auto de Max y eso solo hizo que su nerviosismo aumentara, aunque no lo hizo evidente. Caminó por el lugar con total seguridad, su cabeza en alto y los lentes de sol ocultando sus ojeras y rastro de vergüenza cuando los demás empleados lo miraron y empezaron a murmurar entre ellos. Supone que el rumor de su beso con Max ya se había expandido.
Cuando estuvo frente a la puerta de la oficina de Christian, se detuvo unos segundos suspirando mientras trataba de calmar su agitado corazón. Todas las historias que se le venían a la mente para tratar de excusarse desaparecían, como si su mente le dijera: "Estás por tu cuenta. No funciono en estos momentos".
Tocó la puerta dos veces y cuando escuchó la voz de su jefe, abrió y en el proceso se quitó los lentes, ubicándolos en el cuello de su camiseta.
Lo primero que vio fue a Christian Horner leyendo unos papeles con el ceño fruncido y frente a él se encontraba Max. No sabía la expresión que el rubio tenía ya que le estaba dando la espalda, pero por la cual podía apostar a que estaba en una posición tensa.
—Toma asiento, por favor. —Le señaló la silla junto a la de Max sin levantar la vista.
Tragando saliva con dificultad, hizo lo que Horner le había pedido. Tomó la silla y "disimuladamente" la alejó lo más que pudo de su compañero, lo cual no había sido demasiado ya que el largo del escritorio no era lo suficiente como para mantener la distancia y evitar rozar su rodilla con la del otro hombre.
Sentía la mirada de Max sobre él, pero la evitó a toda costa. Había dicho que tenía que comportarse como un hombre y afrontar las consecuencias, pero no lo estaba demostrando al tratar de eludir el contacto visual.
—Supongo que ya saben la razón del porqué los mandé a citar... Urgentemente. —Fue lo primero que dijo después de varios minutos en donde reinaba el incómodo silencio. Apartando los papeles y sus lentes de lectura, les dedicó toda la atención a ellos dos.
—No, la verdad es que no. —Dijo Max, encogiéndose de hombros y negando repetidamente con su cabeza. Señal de nerviosismo.
"Por favor, Max. Sé un poco más discreto" se decía Sergio, como queriendo que el mensaje le llegara por medio de telepatía al menor.
—¿Seguro?
—Pues sí.
Christian dirigió ahora su mirada hacia Sergio, el cual se encogió en su asiento y negó tal y como Max lo había hecho.
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𝐒𝐎𝐌𝐄𝐓𝐇𝐈𝐍𝐆
FanficCarlos Sainz y Sergio Pérez han terminado su relación, por lo que los periodistas han estado como buitres esperando una declaración la cual no han obtenido por dos semanas. Hasta que llega el día.