𝐆𝐎𝐎𝐃 𝐋𝐔𝐂𝐊 𝐊𝐈𝐒𝐒

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La publicación de Max se hizo tan viral que tuvo miedo por Sergio, tanto así que tuvo que comentar que el de la foto no era su compañero de escudería sino un ingeniero.

Sergio le escribió diciéndole que no había ningún problema con que supieran que habían almorzado juntos, pero Max conocía a los fanáticos y tristemente leyó los comentarios despectivos en "X" hacia su futura pareja por lo que hizo el comunicado de que era otra persona con la que había estado en ese restaurante. Las aguas se calmaron, pero habían personas que aún no le creían y seguían con el tema.

La octava carrera de la temporada se llevaría a cabo en Mónaco, una carrera que sabían que sería difícil ya que las estrechas calles de la antigua ciudad apenas permiten que dos monoplazas se crucen, convirtiendo cada adelantamiento en una maniobra de alto riesgo. El más mínimo error puede ser catastrófico, con las barreras de protección acechando a cada curva cerrada. Y, Max lo supo de primera mano cuando en la clasificación golpeó el muro de contención a nada de terminar su vuelta rápida, haciendo que perdiera décimas valiosas.

Max se encontraba frustrado, porque quería hacer lo mejor para el equipo, debido a que Sergio no había podido pasar de la Q1 cosa que le molestó muchísimo porque el mexicano le venía avisando a sus ingenieros que no se sentía cómodo con el monoplaza y que incluso iba más lento comparado con las carreras anteriores, pero no hicieron nada para tratar de enmendar los errores y ahí estaba el resultado.

A Max podría importarle poco haber quedado en la sexta posición en la clasificación, pero no podía ocultar su desagrado al saber que Charles partiría desde la pole y Carlos tercero, ¿desde cuándo Ferrari tenía mejores monoplazas que los de ellos?

El día de la carrera supo que iba a ser un mal día, empezando con el hecho de que desde que se bajó de su auto pudo percibir las miradas llenas de burla que la pareja de Ferrari le estaban dando. Ni siquiera los volteó a ver pero por su visión periférica pudo observar como estos se secreteaban y luego reían mientras lo miraban pasar. Ni siquiera sabía el porqué se estaban comportando de esa manera, ¿solo por haber logrado las mejores posiciones para empezar en Mónaco? ¿Ya se les había olvidado que aún estaban en el ojo del huracán y que en cualquier momento los podrían echar importándoles poco los buenos resultados que obtengan?

Al parecer Carlos y Charles compartían la misma neurona, ahora entendía cómo habían terminado juntos. Y, mejor para él, porque le dejaron el camino libre con la persona que realmente valía la pena.

—¿Listo? —Preguntó Christian cuando lo vio entrar al paddock.

—No, la verdad es que no. Desde que desperté he tenido un mal presentimiento.

—Descuida, ha de ser la emoción, a veces lo confunden con ansiedad o en tu caso "'mal presentimiento". —Max no lo creía así, pero no quería discutir con su jefe.

—¿Ya está Sergio aquí? —Preguntó en su lugar.

—Sí, en estos momentos se encuentra con Alice porque está dando unas entrevistas antes de la carrera.

—Bien. Le escribiré después, iré a mi cuarto de descanso. —Empezó a caminar y se detuvo antes de desaparecer de la vista de Christian. —Si termina antes con las entrevistas, ¿podrías decirle que lo estoy esperando?

—Solo si no se ponen a recrear lo que pasó en el club.

Las mejillas del rubio empezaron a calentarse y teñirse de rojo.

—¡Ya supéralo!

—Si sigues faltándome el respeto lo haré cada que tenga la oportunidad. —El neerlandés rodó sus ojos en señal de fastidio y finalmente se retiró al pequeño espacio que utilizaba como habitación cuando tenían que esperar por largas horas.

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